Cuando se pensaba que no se podía hacer más el ridículo…

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El viernes, día 8 de febrero de 2019, el Gobierno de Aragón nos regaló una incongruencia tan absurda, que no es que raya el ridículo, sino que sobrepasa éste de una manera, que va a tardar mucho tiempo en que alguien supere ese nivel de ridiculez.

El Gobierno de Aragón ha emitido un manual para sus funcionarios de «lenguaje inclusivo con perspectiva de género» en el que hace unas recomendaciones de estilo a la hora de que sus funcionarios se expresen en el seno de sus actividades laborales.

Antes de continuar comentando este sinsentido, cabe aclarar que cuando leo “lenguaje inclusivo” se me ponen los pelos como escarpias, pues no hay lenguaje más absurdo y que agreda más a la lengua española, su diccionario y sus directrices de uso, que el mal llamado “lenguaje inclusivo”.

Retomando el hilo del Gobierno de Aragón, dentro del citado manual, ha recomendado a sus funcionarios que no utilicen la palabra “hombre” por considerarla un termino sexista, y el mismo no se debe utilizar ni siquiera para referirse a un individuo masculino de la especie humana, es decir, a un hombre. Es decir, como si se prohibiera la palabra “plátano” para designar a la fruta que crece en los plataneros por sus asimilaciones al sexo del HOMBRE.

En cambio, el término “mujer”, sí que lo admiten y se puede utilizar con normalidad porque no lo consideran sexista. ¡Perplejo me quedo!

Esto, evidentemente, deja bien claro que el Gobierno de Aragón, como muchos otros colectivos que abogan por una igualdad entre sexos, no están “luchando” por esa igualdad de sexos, sino por imponer una supremacía de la mujer sobre el hombre, pues si el término “hombre” es sexista, incluso para designar a un hombre, ¿por qué el término mujer no es sexista para designar a una mujer y se puede utilizar sin problemas?

Igual el Gobierno de Aragón espera que la Real Academia Española, gracias a que ahora está incluyendo innumerables vulgarismos en su diccionario, dejando un poco obsoleto el lema que rodea su escudo, “Limpia, fija y da esplendor”, ampare las palabras “mujera” para referirse a “las individuas” (he utilizado explícitamente lenguaje inclusivo por temor a lo que me pueda decir el Gobierno de Aragón), de la especie humana femeninos, y “mujero”, para referirse a los individuos de la especie humana varones (palabra esta que sí ampara el Gobierno de Aragón. Igual le tenemos que dar las gracias los hombres por este gesto). Dejando el término “mujer”, para referirse a todos los individuos de la especie humana de ambos sexos, haciendo desaparecer por completo del diccionario la palabra “hombre”.

La locura se expande más rápido de lo que podamos pensar, y como dice el título de este breve artículo, y haciendo buena la máxima de la Ley de Murphy, Cuando se pensaba que no se podía hacer más el ridículo… llega el Gobierno de Aragón para demostrarle al mundo entero que la estupidez humana no tiene límites y siempre encuentra un camino para caer más bajo.

En lugar de discutir este tipo de cosas en los diferentes Parlamentos, temas que realmente tan sólo son competencia de la autoridad lingüística, y los políticos no son lingüistas, más les valdría a todos los políticos resolver el tema de los agricultores que están viendo perder sus cosechas en favor de otros países. Ya les valdría a los políticos solucionar el tema de paro, pues hay familias en las que todos sus miembros están desocupados. Ya les valdría a los políticos solucionar el problema de los inmigrantes y regular su entrada y permanencia en nuestro bello país, y muchos otros temas que requieren una rápida y eficaz en la actividad política, y dejarse de lenguajes inclusivos que tan sólo causan malestar en una parte de la población, y sensación de superioridad en otra parte de la población.

Queridos lectores, y esta vez no voy a utilizar el lenguaje inclusivo, pues el lenguaje español se acoge a la ley de la economía lingüística, espero que este tipo de situaciones absurdas, no se vuelva a dar, y que todos volvamos a utilizar el idioma español como se debe utilizar, pues un idioma tan bello como el español lo estamos degradando hasta el punto que, en pocos años, con esta tendencia inclusiva, ya no se parecerá en nada a nuestro querido idioma español.