sábado, abril 20, 2024

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Cuento de navidad: Cuatro deseos

Este cuento, es un vivo deseo que tengo preso en mente largo tiempo y, por fin, hoy, lo dejo en libertad, para llevar a muchos hogares unos rayos de esperanza, porque no puedo evadirme del año tan raro, tan nefasto y triste que hemos vivido, pero, a través de la niña que he elegido como protagonista, y sus tres amigos, vislumbraremos rayos de esperanza; yo así lo siento y sí, quiero quede constancia, que la influencia de una niña a través de un cuento navideño, tenga el poder de hacernos vivir un mundo donde todo pudiera ser diferente.

Ya se habrán dado cuenta que es una historia basada en hechos reales.

A esta niña no he llegado a conocerla, pero sé que existe y conozco muchas de sus cualidades y sé de su intuición e inteligencia.

Pues, tras este breve preámbulo, dispongámonos para leer facetas de los deseos que supo transmitir esta niña en el cuento que, en breve, daremos comienzo.

Esto, érase que se era, un barrio de Alicante, donde vivían, ya jubilados, un matrimonio de esos que si no existiese habría que inventarlos.

Se escapaba el amor que se profesaban, esta singular pareja, cuyo leit motiv era derramar el bien que a presión portaban dentro de sí.

El Señor dotó, a esta pareja, de una cultura extensa, adornada con una sensibilidad sin parangón y cuando la nobleza se alberga en estas almas, todo se troca en humildad y deseos imperiosos de repartir esos dones que Dios depositó en sus manos.

Sí, estos abuelos eran así, por otra parte, nada extraño, pues todos los abuelitos tienen estas cualidades para sus nietos.

Por esto, estos abuelitos eran para Jailú los mejores del mundo, en realidad, lo que piensan todos los nietos del mundo mundial.

Esta niña se levantó un día y no se encontraba bien, no tenía apetito.

No sé qué pasa pero el sentido común en estos casos se agudiza y la niña sabía que algo no iba bien.

Empezaron las visitas médicas, las pruebas…

Ya saben, vivir esta pandemia pendiente de unos resultados para poder combatir el mal fue angustioso.

Todo esto Jailú lo captaba, pero su alegría era tan desbordante, que el motor para que siguiera todo adelante era ella.

En un hospital muy importante fue tratada por unos especialistas, que además de ser unos profesionales extraordinarios eran todo alma, corazón y vida, como cantan “Los Panchos”.

En estos viajes esporádicos Jailú conoció a unos amiguitos que también estaban malitos, un niño llamado Roscam, y dos niñas, Saro y Laeda.

Los cuatro, cosas de la vida, tenían sincronizadas sus pruebas y siempre coincidían, hecho por lo cual fraguaron una hermosa amistad.

Bailaban con pequeñas coreografías que se inventaba Jailú, jugaban a adivinar oficios sólo con la mímica etc. etc.

Se lo pasaba tan bien que se propusieron que su amistad durase toda la vida.

Laeda y Roscam fueron los primeros en curarse y a Saro le diagnosticaron que no digería bien los alimentos. El caso es que estaban metidos en un cuento y cuando Jailú tenía que ir a revisión se avisaban por sueños y siempre pasaban unos días juntos.

La última vez que se vieron fue en el hospital, pues los cuatro habían superado todo lo adverso que tenían.

Allí acordaron un plan: entronizar cuatro belenes, uno en cada ciudad, Jailú eligió la casa de los abuelitos en Alicante, Roscam, Saro y Laeda lo harían igual en sus respetivas ciudades.

Y para ella y sus amigos, a las nueve de la tarde tenían que estar acostados y dormidos y entonces, como los cuentos son mágicos, se escaparían del sueño y estarían en las cuatro ciudades para que los belenes fuesen idénticos.

Jailú era la mayor, ya tenía cuatro añitos y sabía mucho de lo malo que es la Covid, ya que su abuelita se lo había explicado muy bien.

Los cuatro sabían la forma que tenían esos virus malos, pero no los veían por ninguna parte, resulta que Saro estaba llorando muy triste, pues su abuelito había cogido la enfermedad.

Jailú le dijo que cogiese un pañuelo de su abuelito, lleno de virus y lo llevarían en sueños a las cuatro ciudades.

Pusieron el pañuelo en el suelo y empezó a rodar con esas ventosas tan raras. Jailú cogió unas tijeras y fue cortando las ventosas; les dejó dos patitas y dos bracitos y los pusieron por todo el belén, llevando los borreguitos, lavando la ropa eran virus hombres y virus mujeres. Había miles y miles, no se explicaban cómo podían haber salido de un pañuelo tantos covids tan malos, pero Jailú tenía un plan.

Cuando el Belén estaba inundado de tantos covids con piernas y brazos estaban todos inquietos y algo raros, cambiaban continuamente de color, entonces los cuatro niños cogieron en brazos a Niño Jesús y cada uno le pidió un deseo al Niño Dios y no lo oyó nadie, ni José ni María, pues se lo dijeron al oído.

Todo estaba organizado, sabían que la Navidad estaba en ciernes y que todo iba cambiar, para eso estaban dentro de un cuento y los cuentos, decía su abuelita a Jailú, que eran lo mejor del mundo.

Llegó la Nochebuena y las familias en Alicante y las otras tres ciudades estaban con unas lucecitas que andaban e iban y besaban al Niño y besaban a San José y a la Virgen y a los borreguitos, todo eran besos y más besos, y no se dieron cuenta que esos virus con sus patitas se subían por los brazos a todo el que estaba en el belén y vieron que cada virus llevaba una crucecita muy pequeña.

Salieron los de las cuatro ciudades un momento a coger aire puro, pues no sabían qué estaba pasando en ese belén y oyeron en las noticias que unos médicos listísimos habían conseguido que los virus malos se transformasen en vitaminas, a otros virus les salieron alas y echaron a volar y se mezclaban con los ángeles que bajaban del cielo diciendo a los pastores que había nacido Dios; otros habían aprendido una coreografía, la que se inventó Jailú y todos se fueron a hogares de ancianos y bailaron delante de ellos tan bien y con tana elegancia que los ancianos se levantaron y comenzaron a reír a bailar y a dar gracias a Dios de todo o bueno que les estaba sucediendo.

Todos estos niños me pidieron que les diera vida en este cuento de la Navidad “2020”, ¿cómo me iba yo a negar a esos deseos tan nobles?, eso, ayudé a que cambiasen todos y que decidieran marcharse para siempre los virus malos.

El día 25, Navidad, escucharon las noticias, claro dentro de este cuento, que habían acordado todos los virus irse para siempre a un sitio muy lejano donde no hicieran daño a nadie.

Parece ser que las personas, poco a poco, se iban dando cuenta de que sí que se podía echar ese bicho fuera, que era con la mascarilla y la distancia de seguridad, cosa que a muchos se les olvidaba, pues en estas cuatro ciudades y en Alicante se dieron las noticias de que el virus los habían vencido los médicos listos y buenos, con unas vacunas muy buenas y nos dicen Jailú, Laeda, Roscam y Saro que el día de Reyes, en sueños, nos dirían lo que le dijeron al Niño, luego esta niña pensó que para qué, que están en tres lugares de España y que supieron vivir en este cuento, gracias a una escritora que amaba mucho a los niños que no hacía falta saber más.

El abuelito de Saro se curó y Jailú les dijo a todos los familiares de los abuelitos fallecidos que algún día estarían todos vivos otra vez en el cielo, que eso se lo había enseñado su abuelita y las abuelitas no mienten. Jailù nos dice que en el 2021 será una etapa nueva, si somos buenos ciudadanos.

Nosotros, cuando soñemos el misterio de la Navidad con amor, sabremos, no sólo los cuatro deseos de estas criaturas, sino muchas más que tuvieron estos cuatro amiguitos de sueños, éstos que lograron quitar las ventosas tan malas a los covids.

¿Qué es un cuento? ¿Y qué? ¿A que se puede aprender mucho de él?

Tal vez un día Jailú nos diga de dónde eran sus amiguitos, en cuanto lo sepamos, podremos viajar en sueños y conocerlos.

Que sí, que sí, que sí, que podemos conocerlos cuando lo soñemos dentro de las fiestas navideñas y naturalmente a Jailú como vive temporadas con su abuelita, podremos conocerla algún día de verdad, pero eso será cuando ella lo desee.

 
 Y colorín rin ron
 este cuento se acabó  
 y covids malos, malos,
 id a lugares lejanos
 y covids covids sin ventosas
 así pareceréis rosas.
 Feliz Navidad a todos /as y venturoso año 2021 

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