Del amor…

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La miel de tu arroyo
es ámbar dorado en mi piel
cuando en la penumbra rumores
gimen murmullos de amor.


La caricia del alma sedienta
apoya tu mano en mi ser
y en la intensa mirada nos une
sólo aquello que nadie ve.


Cuando miras yo miro tus ojos:
la parda melancolía
se adormece en la tarde
y en las sombras que rápido arriban
hay dudas, perdones, olvidos
y estalla radiante tu oro líquido
fundido en mi cóncavo ser.