Discurso cargado de esperanza

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Tras escuchar a nuestro rey en Nochebuena, me ha parecido un discurso cargado de esperanza, el cual, resumo en lo que a mí más me ha impactado.

Entresaco algunos de sus consejos, para caminar, allanar caminos y tender puentes en estos tiempos envueltos en la pandemia del Covid 19 y lo difíciles y cruciales momentos que tenemos en nuestra democracia.

Él, como siempre de mano de la ley, que es como avanzamos y con firme convicción nos asevera que para no equivocarnos tenemos nuestra Carta Magna, “La Constitución”, la cual es nuestra mejor guía y camino, comunicándonos que, la respeta y reconoce, hecho, que le hace estar contento de avanzar hacia el futuro.

Asume con respeto el proyecto que le legó su padre, pues, sabemos era el de la reconciliación , llevándose a cabo con nuestra Constitución, hecho que fue posible gracias a las altas miras de los políticos del momento, cediendo, respetando, dialogando, en resumen abocando siempre al consenso, dejando fuera radicalismos.

Las palabras afectivas hacia su madre y maestros, me congratularon, entendiendo, como docente, pues es en la familia y en la escuela, donde se reciben los valores para respetar en libertad.

Al ser nuestra Monarquía Parlamentaria, el rey es un símbolo de unidad, sin partidismos para avanzar así, con más eficacia a la continuidad de los objetivos de cualquier gobierno, que ha de ir abocado al bien común y manifiesta con énfasis su neutralidad.

Por sus visitas a los pueblos de España, apreciamos, que los triunfos y fracasos los asume como propios y que para dirigir y mandar, hay que ser honestos y transparentes, valores imprescindibles, pues sin autoridad moral, no se pueden ejercer las funciones inherentes de su cargo.

He observado, que repite en su discurso muchas veces la palabra futuro, porque no desea el estancamiento, le preocupa lo por venir.

Nos invita, a que la paz y libertad sean los principales valores y eso lo asumimos, pensemos como pensemos, pues es primordial, para se cumplan los destinos de España.

Desea el bien común y nos reitera que hemos de depositar nuestra confianza en nuestra Carta Magna y que somos nosotros los que engrandecemos España con una mentalidad abierta y solidaria.

Alaba la riqueza de castellano, aclarando que las demás lenguas, con la oficial forman un patrimonio nacional, para el entendimiento, nombrando a varios escritores.

No se olvida del papel de la mujer, que para que se afiancen sus valores humanísticos y éticos hay que mantenerlos y nos recuerda que la tecnología y la investigación, son primordiales pues de ello deriva el empleo.

Nos habla de los lazos con los pueblos iberoamericanos de humanidad y afecto, que se llevan a cabo con naturalidad por el vehículo común de la lengua y su deseo de que Europa sea fuerte, unida y solidaria.

Meditando su discurso, me siento orgullosa de que Su Majestad Don Felipe VI sea mi rey, sentir, que muchísimos españoles comparten, y le deseo que su vida personal junto a Doña Leticia, la Princesa de Asturias, Doña Leonor y la Infanta, Doña Sofía, sea un remanso de paz para su felicidad.

Debe de hacernos pensar una hermosa y axiomática frase, que pronunció, que la Nación no sólo es su historia, sino un proyecto común, que mire hacia el futuro.

Ya que esta síntesis de su cercano y sentido discurso, sale hoy a la palestra, aprovecho para desear a la Familia Real un venturoso Año Nuevo, amén a nuestra querida HNME y como aprendimos de niños, a todos los hombres de buena voluntad.

¡Viva el Rey!

¡Viva España!

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