martes, abril 23, 2024

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El campesino pobre y sabio

Había una vez un campesino chino, pobre y muy sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día el hijo le dijo:


– Padre, ¡qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.
– ¿Por qué le llamas desgracia? -respondió el padre-, veremos lo que trae el tiempo.
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.

– ¡Padre, qué suerte! -exclamó esta vez el muchacho-, nuestro caballo ha traído otro caballo.
– ¿Por qué le llamas suerte? -repuso el padre- veamos qué nos trae el tiempo.
En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.
– ¡Padre, qué desgracia! -exclamó ahora el joven- ¡Me he quebrado la pierna!
El padre, retomando su sabiduría, sentenció:
– ¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo.

El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que se lamentaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevarlos a la guerra. Fueron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.

El joven comprendió entonces que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.

La moraleja de esta leyenda es que la vida tiene tantas vueltas, y es tan incierto su desarrollo, que lo malo se hace bueno, y lo bueno se transforma en malo.

Más allá de las apariencias, la vida tiene otros significados.

Por ello, siempre, es mejor esperar el día de mañana y confiar en que las cosas suceden con un propósito positivo para nuestras vidas.

Leyenda oriental china

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