El rentable ejercicio de pensar

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Cada vez más empresas de publicidad pagan a ejecutivos creativos por pensar, y no tienen oficina  donde trabajar, ni despachos, pueden estar en su casa, acostados o en el coche o en la playa, pensando. Algunos creativos se pasan 6 horas acostados pensando, el resultado económico es tan bueno que ganan más que cuando haces  trabajos manuales e incluso de directivos. Hacer cosas es perder el tiempo, lo rentable es pensar. El mundo laboral está lleno programadores y de creativos, pero encontrar a una persona que encaje en las dos categorías no es nada frecuente. Bell Comunicación publicitaria es el creador de la empresa Cincel, una plataforma de programación creativa para aplicar la tecnología a la publicidad que gana millones.

     Después de trabajar en Lisboa, Madrid y Miami, Anselmo Ramos ha conseguido llevar Ogilvy & Mather Brasil hasta la cima. Su agencia ha sido nombrada Agencia del Año en Cannes en 2013.    Entre las muchas campañas de éxito, la que más ha sonado ha sido “Beauty Sketches”, que recibió 114 millones de visitas en sólo un mes. En Cannes, se ha llevado Grand Prix en la categoría Titanium & Integrated y un León de Oro en Integrated.

     Y mi pregunta sería reversible: ¿Tú cuánto tiempo dedicas a pensar en tu vida, en tus negocios? El sistema americano de hacer muchas cosas, y mucho deporte y no parar, o el nipón de trabajar 70 horas semanales porque cobra muchas horas extras, están desfasados. La gente gana dinero en su casa con Internet, pensando, las ideas valen dinero…

    Tampoco debemos ser ingenuos y debemos darnos cuenta del poder de la publicidad, y de los agentes o representantes de los famosos o el mundo del Séptimo Arte, éstos, los creadores publicistas, bajo el pago de una cantidad determinada se encargan de hacerte famoso o encargase de que así lo seas en tv, este es el mundo de los actores, cantantes, deportistas o del mundo del famoseo. Ellos se encargan de buscarte los mejores contratos y del que salgan en la televisión. Esto no se consigue con méritos propios, sino por méritos del talonario. Esto es temporal y ficticio.

      Otro de los aspectos de ganar dinero pensando es el mundo de los periodistas, escritores o novelistas, que por sí mismo pueden ganar premios o conseguir ediciones, sin olvidar que los grandes escritores como Mario Vargas Llosa, García Márquez, Isabel Allende tenían a la más importante de los agencias literarias como la empresa de  Carmen Balcells de Barcelona (cuando Barcelona era el centro editorial de España). Por ello, nada es tan fácil como parece a simple vistas, sino que detrás existe un mundo de empresas, llamémosles de «apoyo publicitario y contactos». Además los agentes literarios son en su mayoría mujeres por su capacidad de disuadir y de relaciones públicas. Son los Agentes Literarios los únicos que te pueden conseguir un buen anticipo en una editorial. Y son ellos, los que, si esperarlo te buscan y se pelean por tus novelas, artículos…etc.  ¿Cómo lo hacen? Muy simple, primero cuando tú, por tu cuenta ganes premios o las páginas nacionales de una importante revista Cultural como Babelia o ABC. Es decir, has de usar Tus zonas de éxito, porque la capacidad de empatía no tiene límites: el cielo es el límite.

       Se dio el caso de una agente literaria, que quería que yo, sin contrato previo, le enviara una novela inédita. Esto no se puede hacer, porque si es muy buena, aunque tengas registrado los derechos de autor o la propiedad intelectual puede correr el peligro de que se la den a otro novelista famoso de su cuadra, como sucedió con Camilio José Cela, con La cruz de san Andrés, que ganó o le dieron el premio Planeta 1994. O para para ellos adaptarla, y esto, con los medios informáticos de hoy día se hace en dos tardes. Esto sucede pasado y seguirá sucediendo porque lo rentable son las firmas de los escritores famosos.

       Yo llegué a tener un contrato firmado con un editor de Granada por una novela histórica y, al pasar el tiempo, me dijeron que no la publicaban, incumplieron el contrato, era cierto, pero como yo no tenía un agente literario que me representara y defender, tuve que callarme y no reclamar, pues un abogado me iba a costar más que lo que yo pudiera ganarle al editor. Y al poco tiempo, el mismo editor publicó un libro similar al mío y con otro título. No lo habían plagiado, pero se valieron del tema y trama de la novela para escribir otra con distinto título.

      Y concretando, lo que quiero decir es que cuando tú piensas y creas arte, o escribes una novela original, se convierte en objeto de deseo, porque lo más rentable es el ejercicio de pensar y no perder el tiempo de eterno jornalero, al servicio de los demás, convertido en nuevo esclavo, con sueldo que no llega a fin de mes.