viernes, abril 19, 2024

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MAJESTAD VUELVA A CASA POR NAVIDAD

Vuelva a casa. La suya España. De donde nunca debió salir. ¿Qué extrañas razones hubo para que, por encima de las lágrimas de un alma rota, el Rey accediese a regañadientes a abandonar su Patria?

Siempre es lo mismo: «Un sacrificio que España demanda en estos momentos». Falso. No la Patria, sino los que dicen servirla, y se sirven de ella; toman decisiones basadas en espurios intereses.

Nunca habrá más que habladurías y añadidos a esa lista fabricada por cainitas que hacen y deshacen hasta que ellos caen en su misma trampa. Sin que nadie les señale. ¿O estamos en condiciones de señalar a unos cuantos? ¿Rotos los papeles? Huellas en el mar. Dudas. El cepo se cerrará algún día.

Los silencios de un Rey por su nación son a lo largo de la historia una prueba de amor a lo único que un rey se debe: España en nuestro caso.

Me hago eco de muchos españoles: «Mi casa Señor, es modesta pero como la mía hay millones en España que esperan a Vuestra Majestad».

Recurro al fácil eslogan navideño: ¡Vuelva a casa por Navidad!, porque es donde hace tiempo se os espera y preparados tenemos el alojamiento.

Cuando a España se la empezó a someter: ser o no ser, hubo un obstáculo insalvable: Don Juan Carlos. Sí, el Rey que estaba dispuesto a volver a repetir aquello de  —¿Por qué no te callas? El Rey. Primero España, después España y siempre España.

La ingratitud es iniquidad. «Calumniar es una gran ceguera del corazón y mayor lo es no ver el mal en ello». ¿Dónde están las pruebas? ¿Dónde están los jueces? ¿Por qué ahora y no antes o después?

El Rey que, él solo, guio la Transición, fue el puente tendido en el tránsito por el camino del futuro y cuando algún obstáculo surgió, él se puso al frente. Con valor, algo que no abundaba.

El 23F y otras cosas

El 23F, y algo sabemos, tuvo que ver mucho con juegos políticos peligrosos que manejaban artificieros aficionados con distintas cargas explosivas y que les explotó en las manos. Tuvo que ser el Rey, al que alguno quiso engañar, el que dio un puñetazo en la mesa antes de que todo se fuese a hacer puñetas: —Ya está bien de que juguéis conmigo y con España; aquí manda el pueblo soberano que quiere vivir en paz y armonía. —Ni golpe de timón ni…; los tanques a casita, y vosotros a hacer política y no a enredar. Aquí se cumple la Constitución por encima de las cadenas y de golpes de unos y otros.

Ha demostrado que a él no le cuelan un Golpe de Estado por la puerta trasera.

Los he visto tirar la piedra y esconder la mano. Ya no se acuerdan los conspiradores de cinco tenedores, aquellos que recorrían las fiestas populares por Cataluña y otras zonas concurridas donde eran vistos sin ser notados. Conozco los nombres.

Aquella época y las siguientes tiene una larga lista de personajes del silencio, que dicen tener bien ganado lo bien que viven. ¡Vaya cara!

¿Quién tiene los informes, currículos, y demás secretos? Bien que se negoció con aquellos papeles y hasta alguno montó una empresa con pingües beneficios.

Si aquello del 23F fue lo más sonado no podemos olvidar que el Rey Juan Carlos abrió las entreabiertas puertas del mundo: América del norte, Iberoamérica, Europa, Asia, hasta las zonas más remotas, incluso conflictivas, hablaban español, querían saber de España, y España estaba presente en los foros internacionales de decisión. Aquello fue obra del Rey Juan Carlos, como el resurgir empresarial y el renacimiento cultural de España. Por su impulso e inteligencia política, por su manera de ser y atraer, por ser Rey de España, en España y en otros muchos rincones del mundo. Lo dice quien lo ha visto de cerca durante muchos años y ha viajado con él por todo el mundo. No invento nada; ahí están los datos estadísticos. Humanos también. Otros pueden hablar igual que yo. ¿Por qué callan? Les ofrezco este blog para contarlo.

Si hay que juzgar habrá que juzgar a España. Puede que quepa dentro de la ley de memoria o hacer otra para el descrédito de unos cuantos. La lista la he dado hace bien poco. Incompleta, claro.

En fin, dejemos las razones ya que la principal que te sueltan, con desvergüenza, es razón de Estado. ¡Qué cara tienen! Entre ellos el mediador.

España un camino a la deriva

Uno mantiene cierta relación con el exterior. Esto de internet tiene eso bueno. Desde fuera se nos ve en un momento difícil, que superaremos, dicen, cuando se vayan los comunistas, siguen en el dicho, y les parece normal que en esta amalgama de autonomías y con el tinglado que hemos montado, ocurran estas cosas de lucha política, porque esto parece la Torre de Babel. En todo.

Lo que les cuesta trabajo asimilar es que el Rey Don Juan Carlos no esté en España cuando no hay ni una sola razón para que eso ocurra. Alguno me pregunta ¿Es por su voluntad?

¡No!

Cuesta horrores explicar el porqué. No lo entienden.

Vuelva majestad

Señor, España es Vuestra casa y en España hay millones de hogares dispuestos a recibirle.

Por España. Para que no nos la cambien.

Ya una vez enderezó la democracia. De ello se acuerdan, ¡claro! Eso les preocupa. Podría volver a hacerlo.

Estamos en deuda y su descanso en su Patria España —bien merecido lo tiene— será el nuestro. Mientras esto no sea así nos da la sensación de que no hay normalidad. Algo nos falta.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.). Ayudante de Campo del Rey Juan Carlos I y Jefe de la Guardia Real (1990-2000)

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