Esta es una frase que se usa en el sentido de poner soluciones antes de llegar a males mayores, porque actuar con negligencia, después todo, son parches y malos arreglos. Has de tener en cuenta que son muchos los obstáculos que hemos de ir sorteando en la vida, una posibilidad de madurar en todos los órdenes laborales consiste en adquirir experiencias varias, y cómo se obtiene esta experiencia empírica ¿cómo podemos ser unos viejos experimentados siendo jóvenes? La frase del título viene a cuento, en estos tiempos de la declarada epidemia mundial del coronavirus (COVID-19), que no es más que un virus del resfriado que ha mutado, y siempre ataca, como todos los años, en invierno, a las personas que tienen debilitadas las defensas por tener bajo el sistema inmunológico. Por lo que es recomendable aumentar el consumo de verduras y frutas de todo tipo, pero sobre todo de cítricos (la demanda hará subir los precios).
Los gobiernos ponen en cuarentena a la población como medida preventiva, para lavarse las manos, a lo que están muy acostumbrados, porque les llegan directivas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que cumplan con los protocolos establecidos. Yo pregunto a mis lectores: ¿Se puede paralizar el mundo? Es bueno tomar precauciones, sí que lo es, pero no instalar a la población una histeria colectiva. Los supermercados tienen colas y se están desabasteciendo. Los medios de comunicación han puesto su lupa en el coronavirus asiático, alertan y se sacian, pero no hablan, por ejemplo, de los millones de niños que mueren de hambre en el mundo. O de que, un importante número de personas fallecen todas las semanas de accidentes de tráfico. Sí, vamos a evitar lo contagios, prevenir antes que curar, ¿pero cuantos millones de personas fuman, beben alcohol o se drogan con sustancias ilegales en el mundo, que es un riego cierto contra la salud?
Al gobierno de Pedro Sánchez le viene muy bien tenernos ocupados en las televisiones con la pandemia del coronavirus para no hablar de los independentistas catalanes y vascos o los problemas reales de esta España. Pero lo cierto es que el 80 por ciento de los que se contagian sanan, porque es una especie de gripe que ha mutado y es lo que les preocupa a las farmacéuticas: vender medicamentos y sacar una vacuna para el COVID-19, y cuando la saquen ya no servirá para el próximo invierno, porque, a partir de la primavera, con el buen tiempo y con baños en las playas todo habrá sido una pesadilla.
Prevenir la incultura.- Creo que la única solución, al contrario de lo que se está haciendo, es leer buenos libros, pertenecer a asociaciones, y participar con lo que sabemos hacer.
Con estas actividades, te expones a muchas experiencias en la que adquieres conocimientos, habilidades, vivencias del sufrir una y otra vez. Cinco años en tu juventud de una vida ajetreada, e incluso conseguir una beca Erasmus, para estudiar en Europa, equivalen a diez o quince años de vejez; es decir, que mentalmente has madurado muchos años, que era lo que te hacía falta.
Por esta vía del conocimiento has estado previniendo, preparándote, formándote, para no tener que ser un enfermo social, un perdedor o una rémora o un hipocondriaco. Estudiar, viajar, leer y vivir en el compromiso supone un esfuerzo que compensará al individuo, sobre todo a los jóvenes tan necesitados de experiencia para incorporarse a la vida laboral.
Generalmente, los grandes genios no empezaron a trabajar en la carrera en la que se habían titulado, sino que empezaron en otros puestos de menor rango. Un arquitecto no empieza a diseñar rascacielos, seguramente comenzará como ayudante de un arquitecto, haciendo cálculos y planos. Su oportunidad llegará cuando haya obtenido la suficiente experiencia como para darse a conocer y demostrar su valía. Un médico empezará haciendo más guardias que un recluta en las salas de urgencia de los hospitales. Y un abogado lo hará en una oficina de correos, franqueando cartas hasta que entra de becario en un despacho de abogados, llevando papeles a los juzgados y procuradores hasta que aprende el oficio.
Todos los oficios deberían desempeñarse desde el escalón más bajo, y de esa forma conocerá la empresa desde los cimientos, porque no se puede ser un gran pescador si antes no has aprendido cómo se pone en el anzuelo el gusano inglés, la beta, o el trozo de calamar. Esto es un ejemplo sencillo que nos da ideas de la importancia de empezar desde abajo.
Recuerdo que, en el Cabo de Gata, iba a pescar besugos al mar en barca durante las lunas llenas con un veterano pescador, yo lo veía fácil arrancar el motor diesel de 4 caballos de potencia, irnos a la mar, desenredar los volantines -tiene su ciencia-, poner las carnadas y pescar besugos. Hacía en el mar un frío tremendo, pero eso me fortalecía. Esto era fácil, pero una de esas noches de calma, el pescador me dijo que sacara rápidamente el volantín a la barca que nos íbamos a la Isleta de Moro ¡ya! En cinco minutos se nos vino encima un temporal de levante, con olas grandes y un viento fuerte que se oía en el silencio de la noche. Arrancó el motor de la barca, y se fue dirección al cerro de los Frailes, las olas venían detrás, y nosotros en la barca dando bandazos de un lado a otro. Menos mal que el viejo pescador era también un buen marinero desde pequeño y había aprendido el oficio, salimos de aquel temporal, vivos, gracia a su experiencia y habilidad en el manejo de temporales. Cuando llegamos a la costa ya nos estaban esperando los vecinos, eran las 5 de la madrugada, para sacar la barca con el torno. Llegó un fuerte temporal de levante que duró más de una semana.
Prevenir antes que curar.- En todos los ámbitos de nuestras relaciones sociales hemos de ser cautos y comedidos, pero no se puede vivir de rodillas ante un virus. Aquella famosa gripe de 1918 que mató a millones de personas por falta de salubridad. ¿Sabéis por qué de denomina española? Porque los periódicos españoles no dejaban de hablar de la gripe, por no hablar de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial en la que no participamos.
