Mujeres ilustres

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HIPATIA DE ALEJANDRÍA (370-415)

Con motivo del día 8 de marzo en el que muchas mujeres en distintas partes del mundo luchan por reivindicar un trato y una igualdad justa, compartimos una nueva historia de mujeres que dejaron su huella en la historia. Si el año pasado fueron Mujeres de armas tomar, este año serán las Mujeres Ilustres.

Fue la última filósofa y digna representante del Helenismo en la ciudad de Alejandría, Egipto. Defensora del Neoplatonismo e hija de Teón de Alejandría, sabio y último director de la legendaria Biblioteca de la ciudad de los Ptolomeos. Hipatia fue además matemática, astrónoma y una célebre maestra que educó tanto a hijos de aristócratas paganos como cristianos en el Serapeum de Alejandría y más tarde en su propia residencia.

Hipatia se educó en un ambiente culto y académico y su padre la animó a conocer más de lo que pudieran enseñarle, y de hecho fue así como lo hizo. Cuando completó su educación en Alejandría Hipatia viajó a Roma y posteriormente a Atenas para ampliar sus estudios.

Cuando regresó a Alejandría dio clases en el Serapeum, templo anexo a la Biblioteca en donde el saber del mundo antiguo aún perduraba y entre sus alumnos más famosos estuvieron el Prefecto Orestes y el Obispo Sinesio de Cirene, pero la paz duraría poco. A comienzos del siglo V el Imperio Romano ya era cristiano y en Alejandría, antiguo foco de culturas, religiones y razas que convivieron en paz durante siglos, el fanatismo y la intolerancia se hacían más influyentes cada día que pasaba. El resultado fueron varios enfrentamientos entre cristianos y paganos que terminaron en un baño de sangre, y como venganza, los cristianos asaltaron el Serapeum e incendiaron la biblioteca. Tras aquello el emperador decretó que solo los cristianos y judíos podían profesar su fe y los templos paganos fueron reconvertidos en iglesias.

Hipatia, pese a no ser cristiana, respetó a sus alumnos, fuera cual fuera su religión. Defendió así mismo sus ideas y la libertad de pensamiento ante el fanatismo. Con el paso de los años acabó siendo una influyente consejera con Orestes cuando este ocupó el cargo de Prefecto, lo que encolerizó al Obispo Cirilo de Alejandría, enemigo acérrimo de Hipatia y a quien llegó a acusar de brujería y paganismo. 

El 8 de marzo del año 415 cuando volvía a su casa, Hipatia fue asaltada por los Parabolanos, un grupo de monjes que custodiaban las calles de la ciudad, pero que a su vez eran un grupo de espías de Cirilo.  Estos arrastraron a la filósofa hasta el Cesáreo, un templo dedicado por Cleopatra a Julio César más de 400 años antes y convertido en iglesia. Allí la desnudaron, golpearon, desollaron y descuartizaron viva, después pasearon sus restos por las calles para quemarlos.

Tras la muerte de Hipatia Orestes abandonó Alejandría y Cirilo se hizo con el poder en la ciudad. La residencia y biblioteca personal de Hipatia fueron incendiadas y ninguno de sus trabajos se han conservado.

Se sabe que Hipatia escribió varios tratados de matemática, astronomía y filosofía, mismamente mejoró el diseño de los primitivos astrolabios e inventó un densímetro, por ello está considerada como una pionera en la historia de las mujeres de la ciencia.


EDAD MEDIA

Cristine
CHRISTINE DE PIZAN (1364-1430)

Ha pasado a la historia por ser la primera mujer escritora profesional, y también como la primera que pudo mantenerse gracias a la escritura, algo impensable para una mujer y más aún en plena Edad Media, o como la han llamado, Edad de las Tinieblas.

Christine nació en Venecia en 1364 y su padre era el famoso Tomás de Pizan, célebre astrólogo, físico y canciller de la República de Venecia. Al poco de nacer su hija, Tomás aceptó la invitación de Carlos V de Francia para convertirse en su astrólogo, alquimista y consejero, por lo que tanto su esposa y sus tres hijos se mudaron a la corte real y como contaría Christine años más tarde que, aunque nació en Venecia y siempre se sintió Veneciana, en su corazón Francia fue su segundo hogar. De hecho, el francés sería la lengua en la que escribiría todos sus libros.

De mente abierta y con ansias de conocimiento, Christine se educó en la corte de Carlos V, aun cuando su madre se opuso a ello la joven encontró el apoyo de su padre que exigió que su hija fuera educada de la misma forma que sus hermanos y demás chicos de la corte francesa. Gracias a ello Christine tuvo acceso a la biblioteca real y sus archivos y manuscritos, aprendió francés, latín e italiano y leyó los clásicos que sentarían las bases del Humanismo Renacentista Temprano.

En 1380 a los 16 años se casó con Étienne du Castel, secretario de la corte. El matrimonio duró 10 años, y fueron los más felices de la vida de Christine, los cuales estuvieron acompañados del nacimiento de 3 hijos. Por desgracia cuando Carlos V murió los ingresos de Étienne se redujeron bastante. Más tarde Christine escribiría una biografía del fallecido monarca.

En 1390 la escritora sufrió un duro golpe al fallecer su padre primero y más tarde su esposo, por lo que Christine quedó viuda a los 26 años, a cargo de sus tres hijos, su madre y una sobrina. La pequeña cantidad de dinero heredada de su marido fue sujeto de una agria disputa legal.

Tenía pocas opciones. Casarse de nuevo o meterse a monja. No aceptó ninguna de las dos y decidió vivir de la escritura y así mantener a los suyos, ya por esa época era célebre por las canciones, elegías y poemas que había escrito. Entre 1393 y 1412 escribió 300 baladas y poemas de breve extensión. Pronto recibió apoyo financiero de tanto nobles como del propio Carlos VI y su esposa Isabel de Baviera.

Mucho de su trabajo contenía información biográfica detallada, algo inusual en esa época. Sus primeros poemas y baladas de amores perdidos transmitían la tristeza de su prematura viudez, y se hicieron populares de inmediato.  Pero su obra culmen es La Ciudad de las Damas, surgida a raíz del enfrentamiento entre la escritora y Jean de Meung por su obra El Roman de la Rose en el cual queda plasmada la misoginia del autor. Christine defendió que, si las mujeres parecían personas carentes de inteligencia, no es porque fueran del sexo contrario y mucho menos débiles, sino porque al no recibir la misma educación que los hombres estos se creían superiores a ellas. Dio comienzo entonces la Querelle des Femmes, Querella de las Mujeres, el movimiento que hasta la Revolución Francesa defendió una educación igualitaria e instructiva tanto para hombres como para mujeres, así como su capacidad intelectual y política, siendo de Pizan su pionera.  

La Ciudad de las Damas, publicado en 1405, es la primera obra feminista de la época. En ella Christine imagina una ciudad gobernada por mujeres valientes, fuertes e ilustres que la historia ha ido teniendo y entre las que se cuentan ejemplos como la Reina Zenobia, María Magdalena, Semíramis de Babilonia, Artemisa de Caria o la Santa Margarita de Antioquía. En estas mujeres, de Pizan pone el ejemplo a seguir para futuras generaciones, pero también nombra a mujeres malvadas como Medusa, Jezabel o Atalía cuyo ejemplo debe ser evitado.

Dejó de escribir con asiduidad cuando tuvo ya suficiente fortuna para vivir cómodamente. Sin embargo, entre sus últimos trabajos destaca un poema en honor a Juana de Arco, compuesto en 1429. Parece ser que ambas mujeres se llegaron a conocer y Christine la admiró por su entrega a Francia en plena Guerra de los 100 años. Al año siguiente la Doncella de Órleans sería quemada por los ingleses. Tras el poema en honor de Juana la escritora se retiró de su profesión.

Devastada por los acontecimientos de la Guerra Christine se retiró a vivir a un convento en Poissy. Murió allí en 1430 a los 66 años.


RENACIMIENTO

Veronica
VERÓNICA FRANCO (1546-1591)

Fue una poetisa y cortesana en la Venecia de finales del siglo XVI. Nació en una familia de clase media, y su madre había sido cortesana de lujo, pero abandonó la profesión cuando contrajo matrimonio con el padre de Verónica, lo que permitió que la muchacha recibiera una buena educación y acabara siendo una de las mujeres más cultas de Venecia.  En 1563 se casó con Paolo Panizza, un médico aficionado a la bebida y al juego, lo que hizo que Verónica acabara divorciándose de él y pudiendo reclamar su dote.

Viéndose sola y con escasos recursos, Verónica pidió a su madre que la instruyera como cortesana y de esa forma consiguió vivir con lujos y comodidades gracias a sus contactos, los cuales, y muchos de ellos eran miembros de la nobleza y la política veneciana de la época, cercanos al círculo del Dux. Entre los clientes de Verónica llegaron a estar hasta el Rey de Francia, Enrique III.

Las cortesanas honestas, a diferencia de las meretrices que vivían en la zona más pobre de la ciudad, tenían a menudo criados, un buen ingreso, joyería y sedas de lujo y un amplio círculo de intelectuales con los que debatían de historia, política y filosofía además de prestarles su compañía. Vestían de púrpura y rojo, bailaban con suma elegancia y hasta tocaban instrumentos musicales. Gracias a todo ello Verónica ascendió en el mundo de las cortesanas hasta el punto de que entre sus clientes se contaron senadores, académicos y cardenales y príncipes de la Iglesia.

Publicó dos poemarios entre 1575 y 1580. También publicó colecciones de cartas y recopiló obras de otros escritores en diversas antologías. Gracias a su éxito, dispuso de los medios necesarios para fundar una beneficencia para cortesanas y sus hijos.

En 1575 la Peste Negra llegó a Venecia y Verónica hubo de dejar la ciudad. Cuando regresó en 1577 descubrió que su residencia había sido saqueada y muchos de sus ingresos y objetos de valor habían sido robados, lo que provocó que su estilo de vida no volviera a ser el mismo. Aquel mismo año fue acusada de brujería y juzgada por la Inquisición, ante la que se defendió con valentía. Fue absuelta debido a los contactos de muchos nobles, antiguos clientes de Verónica, pero también porque esta amenazó con rebelar muchos secretos de quienes se hallaban en el tribunal, dado que esos jueces de la sala habían sido conocidos suyos también en su época de cortesana.

El resto de su vida es oscuro e incierto. Parece ser que nunca más volvió a ejercer y que perdió todos sus bienes materiales y riquezas. Aun así luchó por los derechos de las mujeres y defendió que estas, fueran cuales fueran su origen y profesión, tuvieran acceso a una buena educación para poder depender de ellas mismas. Verónica Franco murió en 1591 a los 45 años en la Capilla de San Moisés de Venecia en relativa pobreza.

BARROCO

Aphra
APHRA BEN (1640-1689)

Nació en 1640 siendo hija de un humilde barbero y fue la primera escritora profesional de la historia inglesa. Su infancia estuvo ensombrecida por la Guerra Civil (1642-1649) que enfrentó al Parlamento con el Rey Carlos I por lo que su familia se trasladó a la Guayana holandesa, en Surinam. En 1649 Carlos I fue decapitado e Inglaterra se convirtió en una dictadura republicana.

Aphra vivió en Surinam hasta 1658 y durante su estancia allí le horrorizó las condiciones de vida de los esclavos, lo que llevó a que estallara más de una rebelión de la que la escritora fue testigo. Regresó a Londres en 1658 cuando la colonia holandesa pasó a manos inglesas.

En 1660 la monarquía fue restaurada y Aphra aplaudió la vuelta de Carlos II desde su exilio en los Países Bajos, pronto entraría a formar parte de los círculos artísticos e intelectuales de la Restauración, en donde las mujeres empezaron a hacerse valer, sobre todo en el teatro y la escritura.

En 1664 contrajo matrimonio con un comerciante alemán del cual tomó el apellido Ben. Sus negocios fueron tan bien que Aphra pudo alternar con la corte real y la licenciosa sociedad inglesa de aquel período que deseaba olvidar los años de la guerra y de la república. El matrimonio pudo vivir con lujo en esos años, hasta que la muerte de su esposo en 1667 obligó a que Aphra redujera sus gastos. No volvió a contraer matrimonio y tuvo relaciones tanto con hombres como con mujeres.

En 1667 viajó a Amberes para trabajar como espía de su amante, el Rey Carlos II, debido a que Holanda e Inglaterra estaban inmersos en una guerra en aquel momento. Gracias a Ben, bajo el nombre falso de Astrea, muchos secretos de los holandeses fueron sabidos, lo que permitió al ejército inglés ganar más de una batalla. Sin embargo, el pago por sus servicios fue una miseria y perdió su fortuna y al volver a Inglaterra pasó un breve tiempo en prisión por deudas, por lo que a partir de 1670 tuvo que sostenerse solamente de la literatura.

Escribió poemas, ensayos y obras de teatro, sobre todo comedias románticas y sexuales y también dramas medievales, pero su obra más famosa fue Oroonoko o El esclavo real cuya inspiración fueron las rebeliones de esclavos que Aphra vivió de niña en Surinam. En la obra, Aphra denunciaba la esclavitud, el maltrato y la vejación a la que los esclavos eran sometidos en muchas colonias de Sudamérica y las muertes a las que se les condenaba, adelantándose a la novela de Robinson Crusoe de Daniel Defoe.

Firme partidario de los Estuardo y del partido Tory, así como de la monarquía, Aphra se negó a reconocer a Guillermo III cuando este fue entronizado en 1688 tras la Revolución Gloriosa que destronó al católico Jacobo II. Entonces la escritora se retiró a su residencia en donde murió al año siguiente con 49 años. Fue enterrada en la Abadía de Westminster.

ILUSTRACIÓN

Mary
LADY MARY MONTAGU (1689-1762)

Fue la primera mujer en escribir un relato de viajes y sus Cartas desde Estambul recogen de primer testimonio las costumbres, descripciones de ciudades y la corte otomana en Estambul, capital del Imperio Otomano.

Nació en una familia noble en 1689 y los cuatro primeros años de su vida fueron felices, hasta que su madre murió en 1693 y ella y su hermana se fueron a vivir con su abuela, una mujer de carácter autoritario.

En el estudio Mary encontró consuelo al dolor y la soledad y aparte de conocer a los clásicos griegos, latinos y franceses aprendió latín y francés a escondidas de su abuela. Se trasladó entonces a Londres cuando su padre consiguió que la situación económica de la familia fuera a mejor consiguiendo ser nombrado marqués por el Rey.

Cuando tenía 23 años se fugó con Edward Montagu, algo que su padre nunca le perdonó y tuvieron 2 hijos, pero pronto su matrimonio se tornó en infelicidad, dado que su esposo era miembro del Parlamento y pasaba más tiempo en reuniones de los Clubs de Londres con sus colegas que con su esposa.  Por esa época Mary contrajo la viruela, pero por suerte sobrevivió, aunque su rostro quedó marcado de por vida. Aun así la escritora fue una celebridad en todos los círculos sociales de Londres y de hecho llegó a hacerse muy amiga de la Reina y sus hijas.

Viajó entonces a Estambul en 1716 cuando su esposo fue nombrado embajador en Turquía. Mary fue feliz en la capital del sultán, dado que disfrazándose de turca podía acceder a lugares vetados a los hombres como los baños turcos o los harenes imperiales. El exotismo oriental la cautivó de tal forma que posó vestida de turca para un retrato que se conserva a día de hoy, y llegó incluso a almorzar con la madre del sultán, cuya descripción de las joyas, el lujo y la servidumbre imperial que la rodeaba fue plasmada luego en sus cartas a amigos y familiares de Londres.

Sin duda el mejor aporte que Mary dio a la sociedad inglesa fue descubrir la manera de evitar la viruela a través del método de la inoculación, práctica dada entre los médicos musulmanes del Imperio Otomano. A su vuelta a Londres en 1718 trató que se aplicara, pero la iglesia la tachó de herejía musulmana y el proceso no avanzó.

Mary abandonó Londres de nuevo en 1739 y viviría a caballo entre Francia e Italia durante los siguientes 23 años. Siguió escribiéndose con su esposo, aunque nunca más volvieron a verse y él murió en 1761.  Aquejada de un cáncer de mama la escritora regresó a Londres en 1762 para morir rodeada de su hija y sus nietos. Hoy en día su obra Cartas desde Estambul es una referencia y ante todo una obra que desmonta la imagen de bárbaros incivilizados que se tenía de los otomanos en esa época, mostrándolos como un pueblo refinado y culto, tanto con sus luces como con sus sombras.

ROMANTICISMO

Shelley
MARY SHELLEY (1797-1851)

Desde su nacimiento la vida de Mary Shelley estuvo marcada por la tragedia y esta le seguiría a donde fuera. Hija de la escritora y feminista Mary Wollstonecraft y del filósofo William Godwin Mary perdió a su madre solo 10 días después de haber nacido, y la que sería la segunda esposa de su padre fue para Mary lo que las madrastras en los cuentos de hadas.

Culta, inteligente, pero a la vez rebelde y con ansias de libertad, Mary tuvo una relación de amor-odio con su padre y su madre, a quien no conoció, fue siempre su ejemplo a seguir. A los 16 años se fugó con el poeta Percy Shelley, con quien huyó a Francia acompañada de su hermanastra Claire, regresaron solo un mes más tarde cuando el dinero se les acabó. Los siguientes años en la vida de Mary fueron de angustias y de deudas, dado que las obras de Percy apenas les daban para vivir y su padre no quiso seguir dándole dinero y el padre de Mary tampoco quiso saber nada de ella durante al menos dos años hasta que se reconciliaron. A la angustia por la falta de dinero se le sumó la tristeza al perder Mary a su hija Clara, quien solo vivió dos semanas después de nacer. Mary tuvo otros 3 hijos con Percy, Clara Everina, William y Percy Florence y solo el último sobrevivió y llegó a la vejez, a los otros dos Mary los tuvo que enterrar sin que alcanzaran los 2 y 4 años.

En 1816 el matrimonio Shelley, tras enviudar Percy de su primera esposa a quien no veía desde hacía años, viajó a Suiza invitado por Lord Byron. Alojándose en la villa del poeta y noble estalló una tormenta que duró varios días, haciendo que los esposos Shelley, Claire, Byron y el Doctor Pollidori se encerraran en la casa. Para matar el tiempo por el aburrimiento, decidieron competir escribiendo relatos de terror, pero pasaban los días y Mary no conseguía escribir nada, hasta una noche en que tuvo un sueño, más bien una pesadilla. Soñó como un médico creaba a una criatura con restos de los cuerpos de difuntos, dándole vida luego mediante rayos de una tormenta. Mary acababa de soñar con la que sería su obra más famosa, y en pocos días la terminó. Frankenstein causó terror en la lectura del concurso en la villa de Lord Byron. Mary y Percy regresaron a Londres y en 1818 la obra de Mary se publicó, aunque aparentemente era Percy quien la había escrito, pero más tarde y por iniciativa de este se supo que era su esposa la autora.  Frankenstein fue un auténtico best-seller y Mary logró hacerse un hueco en el mundo de la escritura, más siendo mujer e hija del matrimonio Wollstonecraft-Godwin.

En 1822 mientras vivían en Italia, Mary sufrió el que quizás fue el golpe trágico más duro de su vida. Percy falleció tras ahogarse en el mar cuando al salir en barco a navegar, una tormenta lo sorprendió. El cuerpo de Percy fue incinerado y lo único que Mary conservó de su esposo fue su corazón, el cual guardó en un cofre. A su vuelta a Londres Mary se dedicó a publicar las obras de Percy y a mantener su legado vivo, aunque ella también publicó otros libros en esos años, entre los que destacan Mathilda,  el Último hombre, Viaje de seis semanas por Alemania, Francia, Holanda y Suiza y Caminatas por Alemania e Italia.

Mary Shelley murió acompañada de su hijo y nuera en Londres en 1851. La causa de la muerte fue un tumor cerebral, tenía 54 años. Fue enterrada junto con sus padres.