jueves, abril 25, 2024

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Recordar

Cuando se acumulan los años es valioso poder recordar… Recordar, pero no de forma masoquista y melancólica, sino con el propósito de que quienes nos suceden reciban la herencia de nuestras experiencias, positivas o negativas, aunque siempre útiles para ser mejores. Porque la Historia con mayúscula y nuestra minúscula historia son lecciones de vida que posibilitan el progreso, el futuro mejorado si las aprendemos bien.

Ignorar la Historia es condenarnos a repetirla, no evitar cometer más errores, estancarnos en un círculo fallido e inoperante. Los recuerdos posibilitan que nuestra vida no se sustente en el vacío, que tenga bases sobre las que construir nuestro ahora y nuestro mañana.

Es doloroso recordar un desengaño, la traición de una persona querida… Y puede ocurrir que el olvido sea más difícil que el recuerdo. Aunque habremos de procurar siempre que el recuerdo no propicie la venganza ni el rencor. 

La Historia es recordar de manera científica y documentada. Pero hay quienes se reinventan esos recuerdos según ideologías o intereses nacionalistas, convirtiendo en tendenciosas caricaturas las verdades del pasado, porque son la base de sistemas que pueden derivar en tragedias terribles.

Múltiples estudios científicos se han dedicado al recuerdo. En el ámbito de la memoria, el proceso de recuperación o recuerdo consiste en la evocación de sucesos, eventos o información almacenada en el pasado. Desde el punto de vista del procesamiento de la información, este es uno de los tres procesos principales de la memoria, junto a la codificación y al almacenamiento. Existen tres tipos principales de recuerdo: el recuerdo libre, el recuerdo con pistas o claves y el recuerdo serial. Estas formas de recuerdo se han estudiado desde el campo de la psicología como un modo de comprender el funcionamiento de los procesos memorísticos en humanos y otros animales.

El recuerdo libre describe el proceso mediante el cual se le proporciona a una persona una lista de elementos a memorizar, y posteriormente se le pide que trate de recordarlos en cualquier orden. Este tipo de tareas suelen mostrar pruebas del efecto de primacía por el que los participantes a menudo recuerdan con mayor facilidad los elementos presentados al comienzo de la lista. Análogamente, en virtud del efecto de recencia, que es un término de la mnemotécnica que hace referencia a la capacidad del ser humano para recordar los últimos elementos de una lista de objetos, los elementos presentados en las últimas posiciones también son recordados más fácilmente que los presentados en posiciones intermedias.

En el recuerdo con clave los participantes también deben recordar una lista de conceptos, pero en el momento de la prueba, el recuerdo se ayuda de determinadas claves que facilitan la evocación. Este ha sido un procedimiento ampliamente utilizado en las investigaciones sobre la memoria. En una prueba habitual se proporcionan normalmente palabras de dos en dos: A1-B1 / A2-B2 / A3-B3 / A4-B4… Tras un periodo de memorización, en una fase posterior, el experimentador sugiere al participante la primera palabra de cada par, y éste debe recordar a qué palabra se había asociado con anterioridad.

El recuerdo serial consiste en la capacidad para recordar o eventos en el orden preciso en que se han presentado o han tenido lugar. La capacidad de los seres humanos para almacenarlos en la memoria y recordarlos posteriormente es de gran importancia para el desarrollo y uso del lenguaje, que requiere de una ordenación de los elementos del discurso. La capacidad de recordar de forma secuencial no sólo se ha descrito en seres humanos, sino también en varias especies de primates no humanos y en algunas especies de animales que no pertenecen a la familia de los primates.

Con el aumento progresivo de las expectativas de vida avanza ahora la enfermedad de Alzhéimer, que es la forma más común de demencia entre las personas mayores. La demencia es un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades diarias.

El Alzhéimer comienza lentamente. Primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Las personas con el mal pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron en forma reciente o los nombres de personas que conocen. Con el tiempo, los síntomas del Alzhéimer empeoran. Las personas pueden no reconocer a sus familiares. Pueden tener dificultades para hablar, leer o escribir. Pueden olvidar cómo cepillarse los dientes o peinarse el cabello. Más adelante, pueden volverse ansiosos o agresivos o deambular lejos de su casa. Finalmente, necesitan cuidados totales… Es una muy cruel situación también para quien han de ocuparse de los enfermos.

Pero no quiero incidir aquí en más aspectos técnicos ni clínicos. Porque lo que me ha animado a escribir estas líneas son sobre todo emociones, afectos y vivencias.

Cada vez procuro transmitir más recuerdos familiares y del Alicante pretérito a mis sucesores. Y lamento mucho no haber conservado más datos de parientes, amigos y conocidos con los que viví mi infancia, porque ahora ya no hay nadie que me los pueda proporcionar.

Ojalá conservemos los buenos recuerdos para que, en los tiempos duros que inexorablemente nos depara la vida, podamos sobrellevar penas y decepciones.

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