Tratamiento de lo inútil

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¿Por qué Majestad? Fue lo primero que me dije cuando en estas semanas salieron a la luz todos estos asuntos de los cuales ni pienso ni quiero hablar. Pero cuando en estas semana leí un artículo del Diario LA PROVINCIA y que salió este pasado 9 de agosto, en el cual no ocultan los logros y fallos de S.M Juan Carlos I en sus 39 años de reinado, así como la cacería que el coletudo y sus socios han iniciado intentando borrar la historia de la Transición, me dije:

-Es inútil aplicar tratamiento a la monarquía como si esto fuera un experimento. No, no se debe retroceder en los logros, los cuales no pueden ser manchados por los errores.

Cuando en el pasado la República ha pisado suelo español ha acabado sucumbiendo a los sectarismos germinados dentro de su propio vientre, cual hijo ingrato que se revuelve contra su propia madre. Y desde luego, prefiero no vivir una experiencia real a lo Frankenstein, como ya pasó en 1936. Ahí el monstruo ganó en guerra, odio y fanatismo. La República es como la criatura de Víctor Frankenstein y Mary Shelley, una creación que lejos de servir a la humanidad, incluso cuando lo intentó y consiguió algunos logros notables, acabó por mutarse en algo que no debe volverse a desenterrar. Esta no sería la III república española, sería la república de Iglesias-Maduro y los pro-etarras. Es por ello además que nunca podré indentificarme con la tricolor. 

El documental ´´Yo Juan Carlos, Rey de España´´ en TVE me hizo quizás acercarme más al emérito, incluso me contagió con su campechanía borbónica, la cual a veces es envidiable al ser yo de carácter más bien serio.  Sus risas y buen humor hablando a la cámara me hiceron reír, algo que siempre ha caracterizado al monarca. Ya lo ven es contagiosa la campechanía borbónica.

Me sorprendió la inteligencia calculadora y actividad silenciosa que Su Majestad utilizó para ir preparando la Transición, aún estando Franco vivo, pactando con políticos non gratos por el Franquismo, incluso con algunos exiliados en los países que visitó en calidad de Príncipe heredero de España. En 1971 le dijo en secreto a Carrillo, a través de Ceacescu, que pensaba legalizar el PCE, pero cuando él lo decidiera. También pude sentir esa sensación de amargura que tuvo cuando rompió brevemente con su padre, S.A.R Don Juan III, al aceptar ser heredero de Franco y lo mismo cuando, a pesar de haber pasado 64 años, la muerte de su hermano por accidente le afectó y le ha pesado hasta hoy. 

Un Rey no deja de ser humano, apartando la corona a un lado, y como dice el dicho en latín HUMANUM  ERRARE EST. 

No, los errores no pueden hacer sombra a lo que fue la Transición, a quienes fueron Torcuato Fernández Miranda, Adolfo Suárez (a quienes la izquierda más radical intentan borrar de los libros de historia) S.M Juan Carlos I, Santiago Carrillo, la Pasionaria, Calvo Sotelo, al rescate en el 23-F, a la entrada en la UE en 1986, la Exposición de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona del 92. Después de luchar tanto por recuperar su respeto internacional en el mundo España no puede retroceder. Sería inútil y hasta un craso error el someter a la Corona y a la Constitución, pilares fundamentales de la sociedad y de España como tal la conocemos, a un tratamiento. 

En 1975 se cerró una puerta que no se volverá a abrir, se pudo llegar a un acuerdo entre los monárquicos, republicanos, comunistas. socialistas y moderados para que España fuera una democracia. Pido que se eliminen a los sectaristas y se regrese al espíritu del 78, que falta nos hace. 

Son nuestros políticos actuales quienes necesitan tratamiento, incluso algunos deberían darse de baja, dado que su locura y falta de raciocinio nos están llevando a una casilla sin salida y no soy de a  los que les gusta quedarse encasillados. Después del fascismo, el comunismo, el sectarismo, el independentismo y el terrorismo han sido lo que más daño han hecho a España. 

Sé que Felipe VI es quien mejor conoce la historia de su país, quien mejor sabe lo que nos conviene y por su preparación y madurez sabemos que es el  Rey que necesita más que nunca  hoy España. 

Y termino diciendo que pese a los errores cometidos, Juan Carlos I no dejará nunca de ser, al menos para mi, el Rey que renunció al poder absoluto y trajo la democracia a España, que salvó al país del 23-F, el que le dijo a Chávez que se callara y el que fue y será siempre el Rey de todos lo españoles. Yo le perdono Majestad, yo le perdono sus errores y le doy las gracias por haber sido nuestro Rey y haber colocado de nuevo a España en un lugar referente para el mundo. 

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