viernes, abril 19, 2024

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Yanki go home

Este era el grito que sonaba hace unas décadas por las calles de medio mundo. Eran los tiempos en que las operaciones encubiertas de la CIA hacían caer gobiernos y los agentes de la URSS se apoderaban de las ciudades gracias a la infiltración en los colectivos sociales. Mucho ha cambiado el mundo.

Los USA parecen batirse en retirada. El presidente Obama declaró que su interés estaba en el sureste asiático, allí donde China despliega su vanguardia, aunque sus tentáculos económicos ya están en todo el mundo, incluida Europa. Tras la declaración vino el repliegue en Afganistán y en Iraq, también se cerraron bases en Europa. Trump aún fue más lejos y amenazó directamente si los aliados, España entre ellos, no aumentaban los gastos de defensa. Pero nadie pensó que los USA dejasen en la estacada a un aliado y esto es lo que Trump acaba de hacer hace unos días con las milicias kurdas del noreste de Siria. El yanqui se va.

Los USA desplegaron en Siria cuando más empujaba el Estado Islámico; los kurdos sirios eran los únicos que parecían ser capaces de soportar la oleada de terror y por ello recibieron equipos y asesoramiento militar. El Assad, el presidente sirio, bastante tenía con hacer frente a las distintas milicias contrarias a su régimen y al propio EI.

Al otro lado de la frontera Erdogán jugaba sus bazas mercadeando con la suerte de millones de refugiados y sobre el terreno sirio hostigando al régimen con las milicias proturcas. Los rusos se limitaron a asesorar inicialmente hasta que El Assad pareció peligrar, y con ello su estratégica base aeronaval de Tartús; desde entonces la aviación rusa se implica directamente en las operaciones, hasta sufrir el derribo de un Sukoi-24 por parte de los turcos.

Hoy todo es diferente. Putin ha demostrado ser un hábil diplomático y hasta le ha vendido un sistema de misiles a Erdogán –es de suponer que eso ayude a liberar nuestra batería de misiles Patriot allí desplegada- lo que debería generar interrogantes en el seno de la OTAN. Erdogán ha perdido la alcaldía de Estabul y los réditos del intento de golpe de estado parecen agotarse, por ello una campaña contra los kurdos de Siria, posible apoyo en un futuro para los kurdos turcos del PKK, puede generarle enormes réditos a nivel interno.

A los kurdos sirios no les ha quedado otra que negociar con El Assad y cederle parte del terreno que 

ocupaban para así evitar ser pillados entre dos frentes. Los bombardeos y las ejecuciones sumarias de las milicias proturcas en las zonas ocupadas erosionan la imagen del presidente turco. Los campos de refugiados y prisioneros abandonados por los kurdos suponen un refuerzo del EI, con bolsas de resistencia en la zona pese a lo dicho por Trump no hace mucho. También podemos contar con que algunos de los huidos de origen europeo consigan llegar hasta nuestras ciudades, con lo que ello supone.

Ahora los rusos patrullan como fuerza de interposición entre sirios y turcos; buena imagen para Putin; y los USA, si Trump sale reelegido, pueden empezar a pensar que su declive imperial ha comenzado.

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