martes, 30 septiembre, 2025

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Bye bye Mao

Los dioses han hablado y enviado una corriente helada que se ha llevado 17 años de dictadura. El
comunismo es historia en el antiguo reino de las nieves, como muchos siguen llamando a Nepal.
Soy el primero en felicitar a la Generación Z, la más joven y nacida entre 1997-2012 durante y
después de la guerra civil que enfrentó al Rey Birendra y al partido comunista nepalí, hoy barrido
de las instituciones, por haber liderado esta revolución para tener su propio 1989.

Kathmandú vive ahora una tensa calma tras las piras incendiarias que se han llevado por delante no
solo el martillo y la hoz, también la residencia del Primer Ministro y el propio Parlamento. Como si
de una gran pira funeraria hindú se tratase la relación entre el pueblo y el gobierno ha sido cremada
como un cadáver, un cadáver que llevaba mucho tiempo inerte, pero sostenido por la represión
gubernamental y del que ahora solo quedan cenizas.

No, la vida en Nepal jamás ha sido fácil para su gente, el turismo es su principal fuente de ingresos
y lo que cultivan de la tierra. Estos últimos 30 años fueron los más turbios si cabe, primero el
movimiento estudiantil que logró que en 1990 el país se transformase de monarquía absoluta a
parlamentaria, después la guerra civil 1996-2006, la masacre de casi toda la familia real en 2001, el
alto al fuego de 2006 y la posterior llegada de la república en 2008. Ahí se suponía que habría paz y
la hubo, pero en 17 años Nepal ha tenido 13 gobiernos y hasta 2015 no se aprobó la nueva
constitución, sumándose la corrupción, el nepotismo y el abuso de poder.

El 4 de septiembre de 2025, el Gobierno de Nepal ordenó el cierre de 26 plataformas de redes
sociales, pero antes de eso varios grupos habían logrado colgar fotos de los hijos de los dirigentes
del país donde se podía ver la vida de lujo que llevaban. Estalló la revolución. El 9 de septiembre el
Primer Ministro Khadga Prasad Oli levantó el veto a las redes sociales, pero el fuego no se contuvo,
lo que llevó a su dimisión y posterior huida del país junto con otros miembros del gobierno,
mientras que su residencia era asaltada junto con las de otros líderes, también la sede del Partido
Comunista fue incendiada.

La paz llegó este pasado 13 de septiembre con el nombramiento de Sushila Karki, una política
independiente, como Primera Ministra interina, hasta la convocación de nuevas elecciones.

¿Qué destino y futuro aguarda ahora a Nepal? Todas las opciones están sobre la mesa. Nueva
constitución, nuevo gobierno, abolir el laicismo, restaurar el estado confesional hindú, volver a la
monarquía, una república de corte democrática pero no comunista etc.

Los dioses han hablado, pero ahora corresponde al pueblo de Nepal tener voz y voto y no
equivocarse de nuevo.

De equivocarse una vez más ¿acudirán los dioses de nuevo en su ayuda?

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