Campeón de la Copa del Rey un equipo Vasco

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Dos equipos vascos, ayer disputaron la Copa del Rey, sí, repito, dos equipos vascos, la mayoría de los vascos no se consideran independentista, pero quien no se acuerda de los bochornosos silbatos e insultos con el menosprecio al Jefe de Estado de Felipe VI, que tuvo lugar en la final del 2015 entre Athletic Bilbao y el FC Barcelona sino quieren jugar esta final de la Copa del Rey, que no la jueguen, se me olvidaba que como diría un catalán, nen la pela es la pela.

Está vez sólo hubo silencio. Ni insultos ni pitadas. Fue la primera vez desde 2013. El himno nacional sonó hasta el final que se celebro en Sevilla como culminación a la Copa del Rey. Esta vez ha sido un virus el que ha librado a Felipe VI de tener que volver a pasar el trago de escuchar en pie, con tono solemne los sones del himno mientras miles de aficionados independentistas y groseros engordaban una pitada masiva.

Así ha ocurrido de modo consecutivo en las últimas seis ediciones cuando equipos vascos o catalanes han llegado a la final de este certamen. Históricamente el Barcelona, con 27 Copas, y el Athletic Club, con 23, son quienes más veces la han ganado y sus aficiones quienes en más ocasiones han pitado al rey y al himno.

Esta vez la pitada fue doméstica y frente al televisor. No llegará a oídos de las autoridades que ocuparon el palco. En él, ni el lehendakari, ni los alcaldes de Bilbao, Juan María Aburto, ni de Donostia, Eneko Goia, todos ellos del PNV, estuvieron presentes. La razón oficial de su ausencia es el cumplimiento de las medidas restrictivas que limitan la movilidad sin causa justificada. Ni Urkullu, ni Aburto, ni Goia han considerado acudir al Estadio de La Cartuja en representación de las aficiones bilbaínas ni donostiarras.

Todo apunta a que esa responsabilidad con el cumplimiento de las normas y llamadas a “quedarse en casa” podrían saltársela para encabezar un recibimiento institucional al equipo ganador y que en el caso del Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia ya se estaría ultimando de modo discreto en caso de victoria rojiblanca. La historia reciente muestra que es complicado que un político deje escapar esa fotografía. Quizá en pandemia…

En torno a la Copa, en torno al fútbol vasco, la política siempre ha revoloteado con intensidad. Las reivindicaciones de carácter soberanista han utilizado este torneo como altavoz y la presencia del Rey como desmarque de la institución. En los últimos once años sólo en dos ocasiones las finales de Copa no han incluido un equipo catalán o vasco. Ocurrió en 2010 con el Sevilla y Atlético de Madrid y en 2013 con la final entre Atlético de Madrid y Real Madrid. En esas ediciones, también la presencia del Rey y el sonoro apoyo del público al himno fueron empleados como fervor a modo de desagravio de las pitadas que acumula el torneo.

Más recientemente, incluso el lehendakari Urkullu se ha posicionado abiertamente en contra de la Monarquía que ha tildado de un anacronismo que pervive por “vía de sangre” heredada de padres a hijos. Su rechazo, y el del nacionalismo que representa el PNV se pese a todo más moderado en las formas, “no se debe cortesía con pleitesía”. En el lado más radical del nacionalismo vasco, el que representa EH Bildu sin embargo la oposición es más dura y explícita y así lo ha manifestado en las numerosas visitas de Felipe VI a Euskadi.

Este año, la larga lista de presencias vascas y catalanas suman doble ración; la Copa de la temporada pasada, aplazada por la pandemia, y la de esta edición 2020/21. El Athletic Club y la Real Sociedad, es la primera final entre ambos equipos en la historia de la competición. El apenas dos semanas, el 17 de abril, el Barcelona y el Athletic se disputarán una nueva edición del campeonato.

En lo meramente deportivo, podemos resumir el encuentro, que la Real Sociedad derrotó por 0-1 al Athletic y conquistó en la Copa del Rey 2020, aplazada a 2021. En la histórica final entre dos equipos vascos, la Real venció Athletic en el estadio de La Cartuja con un gol de penalti de Oyarzabal en el segundo tiempo. El conjunto de San Sebastián levantó su tercera Copa. Tuvo que esperar 34 años para coronarse, pues la última fue en 1987, cuando venció en la tanda de penaltis al Atlético de Madrid. Fue la primera vez que el derbi vasco se citó en la final de la Copa del Rey. El partido se jugó a puerta cerrada, como impera en la extraña normalidad que ha dejado a su paso la covid. La Real Sociedad dominó el balón, el duelo y el marcador en La Cartuja. En la primera parte, el equipo de Imanol controló el cuero en un 66% del tiempo, sin embargo, intercambió golpes con el Athletic en las áreas. Tras el paso por los vestuarios, los donostiarras silenciaron al Athletic, sobre todo después del gol de penalti de Oyarzabal tras la falta de Íñigo Martínez a Portu. Sobre el final, reculó la Real, pero el Athletic nunca pudo incomodar a Remiro. La Real ya era el dueño de la histórica final vasca.

La pregunta que habría que hacer, se debería dejar participar a equipos que insultan y menosprecian a las Instituciones de España, ya sea el himno o por supuesto nuestro Jefe de estado Felipe VI, flaco favor hacen estos descerebrados y enfermizos Independentistas, que solo saben insultar y pitar himnos, que según ellos dicen que no les representan, queridos tendríais que mirar vuestro DNI y mirar exactamente que pone, NACIONALIDAD ESPAÑOLA.

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