viernes, octubre 4, 2024

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JULIA MESA, SENADORA Y CASI EMPERATRIZ

Por el 8 de marzo en el que las mujeres aún luchan por sus derechos, no viene nada mejor, como ejemplo de lucha conocer la historia de Julia Mesa. Fue hermana de una Emperatriz, cuñada de un Emperador, tía y abuela de Emperadores, a dos de los cuales ella sentó en el trono para rescatar a la dinastía Severa y a Roma de una guerra civil. Pero también Julia Mesa fue célebre por ser la primera y única mujer Senadora en el Imperio Romano.

Julia Mesa nació en Homs, Siria, provincia en aquel momento del Imperio Romano y durante el reinado de la Dinastía Antonina en el año 160. Su padre era el noble Julio Basiano, sacerdote del dios sol El Gabal, tuvo una hermana menor, la futura Emperatriz Julia Domna, esposa de Septimio Severo.

Con el asesinato del Emperador Cómodo en el año 192 la Dinastía Antonina llegó a su final, y Roma estuvo inmersa en una guerra civil durante un año, el cual fue conocido como Año de los 5 Emperadores, durante el cual Pertinax, Pescenio Níger, Clodio Albino, Didio Juliano y Septimio Severo se disputaron el trono. Al final solo Septimio, cuñado de Julia, ganó la guerra y se convirtió en el nuevo Emperador.

Julia Mesa se trasladó a Roma con su hermana y se casó con el noble sirio Julio Avito, con quien tuvo a dos hijas: Julia Somias y Julia Mamea, ambas fueron madres de los Emperadores Heliogábalo y Alejandro Severo. Durante su vida en Roma, al igual que su hermana Julia Domna, Julia Mesa estuvo entre las mujeres más importantes y poderosas detrás del trono imperial. Sin embargo, parte de la élite romana no veía con buenos ojos a la Dinastía Severa, dado que Septimio era de Leptis Magna, Libia, es decir africano, y Julia su esposa era siria, oriental, pero Septimio pacificó Roma y mantuvo el orden durante los 18 años que duró su reinado.

Cuando murió Septimio en el 211, sus dos hijos Geta y Caracalla fueron nombrados emperadores, pero pronto la ambición de Caracalla se hizo evidente y tras matar a su hermano ante la mirada atónita de Julia Domna, su madre, se convirtió en el único Emperador de Roma. El reinado de Caracalla apenas duró 6 años, tras ser asesinado este en Mesopotamia durante una campaña contra los Partos. Al conocer la noticia y sufriendo un cáncer de mama muy avanzado, Julia Domna se suicidó.

He aquí entonces cuando Julia Mesa entró en acción para rescatar a la dinastía Severa. Tras la muerte de Caracalla, el general Macrino se proclamó Emperador, pero Julia adelantándose a él marchó con un ejército y sus dos nietos al campamento de su rival. Al llegar allí, Julia declaró que el legítimo César era su nieto Heliogábalo de 14 años, afirmando que era hijo secreto de Caracalla.

Verdad o no, Julia consiguió que Macrino fuera abandonado por los suyos, sumándose además el valioso botín que esta ofreció a los legionarios, pues en varios carruajes que acompañaban al séquito de Julia había suficiente oro para comprar a todo el ejército. Heliogábalo fue proclamado Emperador y Macrino fue ejecutado.

Julia entonces regresó a Roma con sus dos hijas y sus dos nietos y Heliogábalo la nombró Augusta avia Augusti (Augusta, abuela de Augusto), pero fue más lejos al nombrarla por decreto Senadora.

El Senado entero se opuso, nunca antes ninguna mujer había entrado en el Senado con la excepción de la Emperatriz Agripina la Menor y ella además estaba oculta tras una cortina para escuchar, pero Julia vestida con la toga senatorial, fue la primera en sentarse en un trono al lado de su nieto y aconsejarle. Fue verídico además que Julia llegó a crear un Senado femenino en palacio, en donde solo las mujeres tenían acceso y ella actuaba muchas veces como regente y consejera de su nieto, incluso estudiaba los documentos antes de que el Emperador los firmara.

Sin embargo, pronto Heliogábalo demostró no ser el Emperador que su abuela creía. El reinado de Heliogábalo fue una vuelta a los tiempos de Calígula y Nerón, al Emperador no le gustaban los dioses romanos, él solo adoraba al Dios El-Gabal, de hecho organizaba festivales en los que él bailaba vestido de mujer, lo paseaba en una carroza de oro por Roma durante los desfiles y llegó a querer implantar el culto al dios sirio en todo el Imperio. Pronto las arcas imperiales se quedaron casi vacías debido a los caprichos lujosos del Emperador.

Heliogábalo escandalizó también por su extravagancia y vida sexual, pues sus banquetes eran copiosos, derrochadores e incluso se afirmó que arrojó tantos pétalos de rosas por un mecanismo del techo que algunos invitados perecieron enterrados por ellas, en muchos de esos banquetes el emperador aparecía vestido y maquillado como una mujer y llegó a casarse 5 veces, una de ellas con una Virgen Vestal, lo cual era un sacrilegio. También se casó 2 veces con dos hombres, uno de nombre Hierocles que era un esclavo y auriga, originario de Caria, el otro fue un atleta de nombre Zotico. Ambas bodas fueron ceremonias públicas en Roma, causando la indignación de muchos y contando con la negatividad de Julia a que se oficiaran, rebelándose su nieto contra ella. Aquellas ceremonias han quedado registradas como las dos primeras bodas homosexuales de la historia.

Heliogábalo también se depilaba, se pintaba los ojos y se ponía pelucas para luego prostituirse en las tabernas de Roma, incluso en el mismo palacio imperial. Así lo recoge el historiador Dión Casio:

´´Finalmente, él reservó una habitación en el palacio y allí cometía sus indecencias, permaneciendo siempre desnudo en el umbral, como hacen las prostitutas, y moviendo la cortina que colgaba de anillos dorados, mientras que con una voz suave y conmovedora se ofrecía a los que pasaban por el corredor ´´

En el año 222 la paciencia del ejército, el Senado y de Julia llegó a su final y organizaron un golpe de estado para derrocar a Heliogábalo y sentar en el trono a Alejandro Severo, su otro nieto.

Heliogábalo fue asesinado con solo 18 años ante la mirada impávida de su abuela, su madre corrió la misma suerte, Hierocles y Zotico también murieron asesinados ese mismo día y sus cuerpos fueron arrojados al Tíber tras ser decapitados, al igual que los del Emperador y su madre.

Tras acabar con la vida de su nieto y una de sus hijas Julia Mesa sentó en el trono a su nieto Alejandro, y ejerció el mismo poder que había ejercido con Heliogábalo, con la diferencia de que esta vez el emperador no se rebeló contra la autoridad de su abuela. Julia se había hecho respetar con mano de hierro y sangre y Alejandro no quería terminar como su primo.

Julia Mesa murió en Roma en el 224 a los 64 años de edad y su nieto reinaría hasta el 235, año en el que fue asesinado con toda su familia, llegando la Dinastía Severa a su final y originándose la famosa Crisis del Siglo III que duraría 50 años y marcaría el declive del Imperio Romano y su posterior final. En los siguientes 50 años reinaron 26 Emperadores, muchos otros aspiraron al trono y solamente uno de ellos no murió de forma violenta.

A pesar de sus luces y sus sombras, Julia Mesa fue una mujer dominante en un mundo de hombres y en donde pocas mujeres tenían acceso a la política . Ella rompió aquel molde, siendo la primera mujer Senadora del Imperio Romano y teniendo tanto poder como si hubiera sido ella quien reinara en realidad.

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