Incluyo este párrafo de Consideraciones sobre la Revolución Francesa de mi ilustre escritora para definir nuestra propia situación, una situación que no puede cambiar. El monarca español tiene ventajas de ser un monarca constitucional y parlamentario, porque de esa manera evitará que ministros del gobierno u otros cargos abusen o utilicen su poder para romper el orden constitucional, algo que siguen empeñándose a pesar de que, sinceramente, desde 1978, es harto improbable. Y francamente, sus intentonas absurdas no pasan de ser un mero teatrillo de barrio. Podrá gustarnos o no tener un monarca como jefe de estado, podrán exigir cambios pero carentes de contenido, sin proyecto de futuro alguno y sin estructura más que la que hay sobre el papel, pero no en los hechos, pero lo que es inadmisible es que tachen a la monarquía de hoy en día como una sombra o continuidad del Franquismo.
Franco murió hace 50 años ya y como tal el capítulo está cerrado. Y si lo que buscan es justicia entonces busquen a sus muertos y denles santo descanso, pero hágase también por el otro lado y reconozcan que ellos también hicieron daño. Nos renconciliamos en 1978 e incluso antes, en 1962, cuando en Múnich se pactaron los acuerdos que iban a ser los cimientos de la futura transición. El bando nacional y el republicano allí hicieron las paces, reabrir las heridas por tecnicismos o reescritura de la historia provocaría solo incertidumbre y caos y daría la razón a los que no aceptan que perdieron la guerra en 1939, más por matanzas dentro de su propio bando y desacuerdos que por la fuerza bruta del contrincante.
No me cansaré de repetir que para conocer la historia de un país antes es necesario salir a buscarla, pero la intuición y no el adoctrinamiento debe de ser el libro de cabecera de todos nosotros, es eso o ser marionetas de una dictadura, sea cual sea su bando. No me apetece revivir lo que era el París de 1793 o el Madrid de 1936 y 1939 donde no había libertad alguna, solo represión y muerte, enmarcados en la venganza disfrazada de justicia democrática y patriótica. Veo más democracia y respeto republicano de verdad en la figura del Rey que en todos los que dicen que no la tiene.
