«Una monarquía sabiamente limitada da la imagen de un hombre bueno en cuyo ánimo la conciencia preside siempre sus actos»
Y coincido al 100% con mi mentora intelectual, quien escribió este párrafo en sus Consideraciones sobre la Revolución Francesa y habiendo cumplido S.M Felipe VI una década de reinado, hoy podemos decir que la institución goza de fortaleza y salud.
A pesar de las tempestades, y no han sido pocas, que han azotado al continente de la democracia que componen el Rey, la Constitución y los propios ciudadanos con conciencia, la marejada no ha podido hundirlo. No queridos lectores, esta Atlántida que somos la sociedad española, valedora de nuestros principios y libertades, no terminará en el fondo del mar. Pero para ello, aparte de seguir apoyando la figura del Rey, nosotros mismos hemos de perseverar.
Felipe VI sabe cual es su papel y su función como monarca constitucional y por ello se ha ganado el respeto de todos nosotros. A diferencia de los políticos actuales que hablan mucho pero hacen poco y dan más vueltas que una peonza, la corona avanza y nos hace avanzar y sobre todo, salvaguarda la constitución, pilar de nuestra democracia, de la que depende todo cuanto hemos logrado y que
debemos de defender.