13 de mayo de 1940
´No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor ´´
Cinco años después en 1945, tras la Victoria del 8 de mayo
´´Avancemos juntos hacia los Estados Unidos de Europa´´
Estas dos frases de los dos discursos más famosos de Winston Churchill, en situaciones bien distintas, una grave y la otra ya estable y con Europa en paz, marcaron la historia del continente en estos últimos 82 años. Ahora en 2022 tenemos un nuevo enemigo tan execrable como Hitler y se llama Vladimir Putin, quien en su discurso de este 9 de mayo ha querido mostrarse, cual buen actor e hipócrita banal, como un libertador y estadista, cuando en realidad se ha convertido en la versión rusa del dictador alemán, y si cabe aún más, en la segunda versión de Stalin o del carnicero de los Balcanes Slobodan Milošević.
Ucrania es Europa hoy y Europa es Ucrania debemos decir, pues Ucrania necesita ayuda del mundo, su sufrimiento es el nuestro, su guerra es la nuestra y sus muertos son los nuestros. Dolor y rabia, ambos deben ser compartidos, pero al mismo tiempo la esperanza y sed de justicia, pues el río de la justicia y sus aguas son más poderosas y fuertes que todo el armamento ruso que buenas bajas ha sufrido en estas semanas junto a la de los soldados rusos, soldados que si no están muertos, están desertando y pasándose al bando ucraniano. Las corrientes de un río son siempre poderosas, he ahí el craso error que el hombre siempre cometerá al subestimar a la naturaleza.
La Unión Europea debe recordar y mirar dentro de ella misma cuando se fundó y con que motivo.
El motivo fue para que la paz fuera la corona que llevaran los europeos en sus cabezas, para recordarles que la sociedad no volviera a crear nunca jamás otros monstruos y actos monstruosos como Mussolini, Hitler, Stalin y la II Guerra Mundial o el Holocausto, ni ningún otro genocidio, perpetrado por ideologías como el fascismo o el comunismo.
Por lo tanto, Europa, la OTAN y sus miembros deben de demostrar a ese ´´maníaco´´ por decirlo suave, de Putin, que no será capaz de subyugar ni a Ucrania ni a ningún otro país libre y soberano.
Y por grandes que sean las pérdidas la victoria debe ser la meta final por parte de los ucranianos y sus aliados. Solo así podremos decir que la victoria mereció la pena.
Europa debe dejar a un lado las diferencias, arrinconar a los extremistas e ir codo con codo con un único objetivo. Mantener la unidad de 1945 a cualquier precio, cualquiera que sea necesario.
He respirado tranquilo al ver que Macron será Presidente de Francia otros 5 años más, tiempo suficiente, espero, para que la UE pueda beber de una buena dosis de refortalecimiento y de unidad ante el separatismo, el populismo, el terrorismo o cualquier tipo de autocracia que amenazara su soberanía y los principios éticos y humanos que no debe de olvidar, y que debería poner más en práctica, dejando los discursos a un lado y mostrando los hechos. Sea pues.
Pasando ahora a España, a nivel nacional, no quiero que mis lectores ni los miembros de la HMNE olviden que el próximo 14 de mayo los grupos de republicanos, comunistas, separatistas y podemitas de extrema izquierda pretenden llevar a cabo una consulta no vinculante contra la corona con al menos 50 urnas en sus mesas preparadas. Bien, les pido como a los europeos unidad ante el enemigo que aquí hay. El enemigo es la reescritura de la historia, los fake news, los blogueros y falsos periodistas, la propaganda contra la monarquía y las libertades que representa junto a la Constitución de 1978. Usando la espada de la verdad y de la historia se combatirá a este falso proyecto de supuesta libertad de expresión y democracia, que no es más que el preámbulo de los intentos por todos los medios de la ultraizquierda de hacerse con el poder para derrumbar el sólido edificio de la Transición y su legado. Así que este 14 de mayo unidad Sres, unidad y victoria. V como Churchill hizo.
Con todos los medios de los que dispongan en las redes salgan con sus banderas rojigualdas, fotos de Su Majestad el Rey Felipe VI y de la Constitución Española de 1978, incluso en sus balcones. Ya vivimos en plena democracia y es gracias a la monarquía, cualquier experimento republicano que se pretendiera llevar a cabo solo crearía una ola absoluta de desintegración estatal y el fin de la palabra, pensamiento y escritura libre sobre cualquier tema que estemos dispuestos a denunciar y a comentar, pues el silencio es el cetro de poder del enemigo y no debe volver a empuñarlo jamás.
Sea pues de este modo. ¡VERDE! Ahora y siempre.