Robert K. Massie escribió el libro en 1967 coincidiendo con el 50 aniversario de la Revolución Rusa y solo cuatro años después, el libro fue llevado a la gran pantalla, filmándose en varios lugares de España y Yugoslavia y con los palacios de la Granja, Aranjuez y Madrid como escenarios.
Ganadora de los premios por mejor dirección artística y vestuario la película es fiel 100% al libro que abarca desde la infancia del último Zar de Rusia y de su esposa hasta su trágico final junto a sus cinco hijos.
El libro arranca en 1894 y termina en 1918 desde la subida al trono de Nicolás II y Alejandra hasta su asesinato tras ser derrocados por la revolución de 1917, pero no es solo la biografía de ellos, sino también un examen a fondo de como era Rusia y la sociedad de la época y porque era imposible el evitar el desastre al que se veía destinada. No obstante, el libro no culpa de todos los males a Nicolás y Alejandra, dado que ellos mismos fueron víctimas de las circunstancias, Nicolás II fue un buen padre y esposo pero un mal Zar, porque si hubiera sido capaz de entender el cambio de siglo y de época quizás hubiera cambiado Rusia para mejor, quizás si en su educación de niño le hubieran inculcado los valores de un monarca constitucional como lo era su primo Jorge V del Reino Unido es probable que no hubiera habido 1917 en Rusia.
El libro recoge además como la enfermedad del Tsarevich Alexis afectó de lleno a la vida familiar de los Romanov quienes temerosos de que el pequeño pudiera sufrir un daño mortal y obsesionados por protegerlo, no solo se alejaron cada vez más del pueblo ruso y sus necesidades, sino que se aislaron en su palacio y acabaron bajo la influencia de Rasputín, del cual la pobre emperatriz que fue más madre y esposa que monarca, acabó siendo su principal marioneta para ganar poder en la corte.
Además, en el libro se recoge una cosa bien clara y es que Nicolás II se rodeó de los ministros equivocados, que todos a excepción de Piotr Stolypin, el cual podría haber salvado la corona de no haber tenido el final que tuvo, contribuyeron a que Nicolás cometiera errores graves y se viera forzado a abdicar, eso y que la I Guerra Mundial fue la chispa final que Lennin y sus bolcheviques necesitaban para ganar la partida, sumándose el descontento absoluto del pueblo ruso con la corona. La llegada de los comunistas marcaría solo el principio de un genocidio atroz que sacudiría Rusia durante casi 40 años hasta la muerte de Stalin y que sesgó casi 100.000.000 de vidas, la de los Romanov fueron solos la primeras. Una biografía única y rica en detalles, con fotos originales de quienes, pese a llevar una corona de 300 años, no dejaban de ser a ojos de un lector y analista una familia que se quería por encima de todo, que cometió errores y aciertos, pero que hasta el final y pese a las lágrimas que derramé cuando ya se avecinaba la parte que muchas veces no sale en las películas, se mantuvo unida por encima de todo y en paz consigo mismos.