Su Majestad el Rey se reunió con los máximos responsables de las instituciones que representan en España la excelencia en las ciencias, las artes y las humanidades. Don Felipe se reunió con los presidentes y directores de las Reales Academias integradas en el Instituto de España, en su primer contacto tras su proclamación como Rey ante las Cortes Generales con los máximos responsables de estas instituciones, que representan la excelencia en las ciencias, las artes y las humanidades. Desde el alto patronazgo que tiene Su Majestad en todas ellas, el Rey subraya con esta reunión su respaldo a la tarea de fomento de la cultura en España que ejercen las ocho academias.Acudieron al Palacio de La Zarzuela el presidente del Instituto de España y de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Alberto Galindo; el vicepresidente del Instituto de España y presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Marcelino Oreja; el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua; el director en funciones de la Real Academia de la Historia, Faustino Menéndez-Pidal; el director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Antonio Bonet; el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, Joaquín Poch; el presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Luis Díez-Picazo; el presidente de la Real Academia Nacional de Farmacia, Mariano Esteban, y el secretario general del Instituto de España, Pedro García Barreno.
El Instituto de España es una corporación de derecho público que reúne a las Reales Academias de ámbito nacional para la coordinación de las funciones que deban ejercer en común. Sus objetivos son fomentar la relación y la colaboración entre las Reales Academias que lo integran, y con las demás Reales Academias y Academias Asociadas; coordinar el cumplimiento de todas aquellas funciones y competencias que las Reales Academias integradas puedan ejercer en común; promover la generación del conocimiento y su transferencia a la sociedad, a través de las actividades coordinadas de las Reales Academias; ser punto de encuentro de las Reales Academias y de éstas con la sociedad; y ostentar la representación corporativa común de las Reales Academias integradas en el Instituto.
Las Reales Academias, surgidas del espíritu de la Ilustración y amparadas por la Corona, empezaron a constituirse en España en el siglo XVIII como centros de cultivo del saber y de difusión del conocimiento. Han sido y siguen siendo las entidades que representan la excelencia en los diversos campos de las ciencias, las artes y las humanidades. Sus valores esenciales son, por un lado, la categoría de sus miembros, en quienes concurren los más altos méritos intelectuales y científicos, y por otro, su estabilidad e independencia frente a intereses económicos o políticos.