La foto que ven es del palacio de Livadia, en Crimea. Fue mandado a construir por Nicolás II y su esposa Alejandra poco después de su compromiso, y hasta el verano de 1914 veranearon en él, fue la residencia de verano favorita de los Romanov.
Fue, en pasado, porque ahora Livadia como Crimea solo pertenecen a un único país, Ucrania y a ella volverán. 2014, ahí empezó todo en realidad, primero con la revolución para mostrar anhelo a unirse a la OTAN y a la UE y luego que Putin se anexionó ilegalmente Crimea, siguiendo la estela de Stalin y los Zares. En el este estalló la guerra entre milicias pro-rusas y ucranianos que no querían reconocer esa invasión. Pero ya en 2023 el infierno se desató y nosotros despertamos tarde.
Ha pasado ya un año y pese a que la guerra sigue, Rusia ha perdido al menos un tercio del territorio conquistado, Putin cree que puede someter a un pueblo a cuyo gobierno tacha de nazi, pero en realidad es a la inversa, el nazi es él y sus milicias que roban, matan, torturan, violan y saquean el patrimonio ucraniano no son más que una enjambre de sicarios ¿Cómo se pueden llamar soldados a quienes perpetran tal matanza?
Rusia no nació para someter a otros pueblos eslavos y sigue siendo un país atrapado entre la nostalgia de las viejas glorias imperiales y soviéticas y el deseo de aperturismo y ser parte de Europa, sin llegar a ser nunca una auténtica democracia, pero no todos los rusos apoyan a Putin, eso es primordial que lo sepan, aunque a veces es tal la oscuridad que cuesta distinguir al enemigo de quien no lo es. A mi, que admiré Rusia tanto tiempo, ahora me cuesta mostrar salvo repulsa absoluta hacia sus dirigentes y a cualquier cosa que tenga que ver con ella.
Ucrania vencerá, estoy seguro de ello. Rusia cree ser la heredera del Imperio Bizantino, el Ruso y el Soviético, pero como cristianos ortodoxos y conocedores de las Sagradas Escrituras los dirigentes de Moscú deberían recordar que Golliat fue vencido por David, y en este caso David es Ucrania y Ucrania vencerá a Rusia que es Golliat.
Putin es un gigante con pies de barro que empiezan a romperse de la sequedad. En su locura y necedad ha olvidado que cuanto más alta es la soberbia disfrazada de gloria mayor es la caída.

