Hubo un tiempo en que Europa era la referencia en todo lo humano, espiritual y moral a lo que aspiraba ser el hombre. Era el vivo reflejo de aquello que deseábamos que fuera verdad.
Y ahora sin embargo Europa está enferma, sus países enferman. Se vuelven cada vez más a los peores extremos que podemos imaginar. Odio, racismo, negar ayuda a los refugiados y cerrar las fronteras. La extrema derecha y la extrema izquierda en países como Italia, Hungría Austria o Francia hacen peligrar el legado de la UE, incluso el Brexit pone en riesgo ese legado. El legado que nació en 1945 cuando terminó la II Guerra Mundial.
Evoco aquí los espíritus del Helenismo griego, del Renacimiento Italiano, la Ilustración en Francia y la tan añorada Belle Époque que terminó en 1914. Todas esas épocas poseyeron un tema y un propósito en común. Que el ser humano fuera mejor. Que abriendo la mente al mundo, derribando sus fronteras y muros supiera lo que era el saber, lo que era ver más allá de aquello que creían conocer. Porque bien sabemos que el mundo es más grande de lo que creíamos que era hace 2.000 o 500 años, y aunque no hemos de volver al pasado, si hemos de mantener vivo su legado, porque aquello que se preserva para las futuras generaciones, es lo que evitará la repetición de los errores de la historia en el día del mañana.
Hoy son pocos los países que mantienen vivos esos espíritus y legados. Francia, España y Alemania son quizás el mejor ejemplo de lo que aquí escribo. Así lo vemos muchos de nosotros, pero hemos de fortalecer de nuevo todo ese legado para que despierte con nuevas fuerzas, y hacer frente a los populismos autoritarios que los amenazan, ya sean de extrema izquierda o derecha.
Siento vergüenza de como Europa muchas veces ignora la ayuda de aquellos que se la piden. Los países árabes en donde la guerra como Siria o Libia, que han solicitado ayuda a la Unión Europea han sido callados por los discursos de xenofobia de aquellos que solo buscan su beneficio propio, a la vez que adoctrinan a las mentes ignorantes para convertirles en sus pilares de poder en las calles o los parlamentos. Europa, que dice defender los derechos humanos, incluso ha apoyado a regímenes autoritarios como el Iraní en donde esos derechos son violados cada vez más desde hace 40 años.
¿Para qué combatieron los países europeos a los autoritarismos fascistas y comunistas durante casi todo el siglo XX , con el deseo de acabar con ellos y dar igualdad a los hombres, si luego esos mismos países europeos apoyan a regímenes tan despreciables como los que ellos combatieron? Dejando a un lado los derechos humanos y prefiriendo hacer negocios con un dictador sí y otro también.
De rodillas, y con la esperanza aún viva de que la Unión Europea recuerde su origen y su verdadera esencia, pido que el hombre deje de ser un animal, y use la voz de la razón para que Europa vuelva a ser el soñado mundo que una vez fue real. Que recupere su identidad Renacentista-Helénica e Ilustrada. Que recupere su alma humana.
