Y de un beso que marcó el final de una atroz II Guerra Mundial, el fin de unos tiranos en Alemania e Italia y el renacer de las cenizas, pero no solo de Europa, sino del mundo entero en general. Tras la pérdida de más de cincuenta millones de vidas por el odio racial, religioso, político y los bombardeos masivos sobre países y ciudades, Europa se juró no volver a repetir los errores del pasado y avanzar a lo que ahora es la Unión Europea.
Hemos tirado abajo los muros del odio, el racismo y el nacionalismo mitológico de Europa para levantar en su lugar puentes que sirvan como lazos de unión entre las naciones, con diálogo y tacto, con una historia, moneda e ideas comunes donde el totalitarismo no tiene ni volverá a tener cavidad alguna. Los cánceres del fascismo y el comunismo no resurgirán.
Ahora sin embargo, nos enfrentamos de nuevo a una circunstancia muy similar a la de 1945, pero en este caso el enemigo contra quien libramos esta guerra es invisible, el COVID19, pero lo son también los gobiernos que están mutando en dictaduras aprovechando esta crisis humanitaria y sanitaria. Deplorable. Los miedos de los pueblos son usados como caldo de cultivo por las mentes enfermas que desean elevarse o perpetuarse en el poder, y a cualquier precio. El odio racial intenta otra vez golpearnos para levantar nuevos muros como los del Gueto de Varsovia, y yo les pregunto ¿Pero es qué no habéis aprendido nada ?
Parásitos son aquellos que marchan a la batuta del populismo chavista, fascista, podemita y comunista ya sea en España, Hungría, Polonia o Francia o Venezuela e Irán en donde roban oro para intercambiarlo por armas y en donde el hambre y la miseria matan a su antojo.
Pido que en este 75 aniversario volvamos al origen de todo y citemos de paso lo que el Primer Ministro Winston Churchill dijo tras la victoria de 1945 :
-Avancemos juntos hacia los Estados Unidos de Europa.