Miedo a perderte algún día... Miedo a no poder reconocerte, aunque siempre te he conocido. Sin saber si has tenido un hijo, un hermano, un amigo... porque, al fin, eres un hombre amado y muy querido, por eso, el miedo lo pierdo al estar contigo. Quiero buscar a tus padres, al hermano que tal vez nunca has tenido, y contarles las tristezas y alegrías que durante estos años hemos vivido. No dejes de venir nunca a mi casa si te sientes atribulado o deprimido, y así poder seguir amándonos con la misma ternura.
