HABLEMOS DE LIBIA ¿REINO OTRA VEZ?
La primera vez que escuché el nombre de Libia fue durante la Primavera Árabe, aquel acontecimiento esperanzador que diez años después ha terminado en sueños rotos para la mayoría, con la excepción de Túnez, y que parece que no tendrá reflote alguno. Durante los siguientes 7 meses las caras de dictadores derrocados o aún gobernando como Ben Alí, Mubarak, Gadaffi, Alí Abdalá Salé y Bassar Al-Assad salieron en la prensa y en la televisión, ahora 4 de esos 5 dictadores ya no existen y solo el último resiste en su palacio de Damasco mientras Siria languidece en una guerra sin fin.
Recuerdo ese año de 2011 y que la causa de Libia fue la que más me marcó, la causa de los libios se convirtió en la mía y en la de muchos que lo apoyamos desde fuera y debo decir que no lamenté que Gadaffi tuviera el final que tuvo tras haber oprimido a Libia durante 42 años de régimen. Pero Libia ha sido olvidada, Siria y Yemen igual y Egipto es el único que se mantiene en una tensa paz solo porque de nuevo hay otro dictador en el poder. Nos hemos olvidado de quienes suplicaron nuestra ayuda.
A Libia antiguamente se la conoció como la Cirenaica, de hecho hay una provincia que se llama así, y fue la cuna de muchas civilizaciones, oh si desde los fenicios, persas y egipcios pasando por los griegos, romanos y luego los bizantinos y por último los Otomanos. Las ruinas de la famosa ciudad romana de Leptis Magna en donde nació el Emperador Septimio Severo fueron el destino de muchos turistas, aún cuando durante la Era Gadaffi eran llamadas un símbolo de la decadencia occidental imperialista.
Libia se convirtió en colonia italiana en 1911 y hasta 1951 no se independizó, adoptando la monarquía constitucional como forma de gobierno, siendo respaldada por la ONU y siendo el representante de Libia, Idris Al-Senussi, nombrado Rey del nuevo país.
Idris I no fue un mal Rey y modernizó Libia gracias a los ingresos del petróleo y su esposa, la Reina Fátima, fue muy popular, por su apoyo a la educación infantil y a los derechos de la mujer, pero la postura neutral de Idris I en la Guerra Árabe-Israelí de 1967 le hizo impopular y solo dos años después fue derrocado por Gadaffi en un golpe de estado. Idris murió exiliado en Egipto a los 94 años en 1983.
Hace pocas semanas varios grupos religiosos y de distintas etnias se reunieron en Trípoli, la capital de Libia, y abogaron por la vuelta al modelo anterior a Gadaffi y con el sobrino nieto de Idris como Rey, y de hecho este plan ha sido apoyado por los reyes de los países árabes y petroleros. Si fuera libio yo diría:
Nada podemos perder ya, la guerra nos lo ha quitado todo. Pero yo os digo que con nuestro último aliento y fuerza nos unamos con nuestra historia para escribir el futuro. Todo libio, sin importar su etnia o religión, puede estar bajo la misma bandera y Rey, si es lo que el pueblo quiere en su mayoría. No escuchemos a los políticos y a los Señores de la Guerra que nos han dado la espalda. Después de 10 años de guerra y aún bajo un gobierno provisional debemos ver si esta es la última solución al caos.
Solo puedo desearles suerte y que Libia no se desangre más, pues ya hay heridas sangrantes de sobra. Mi apoyo a la causa Al-Senussi es ya de por si un hecho, lo mismo que si fuera libio.
AFGANISTÁN ABANDONADO
En estos días en los cuales lo único que hago es ver en la televisión como los Talibanes están reconquistando Afganistán otra vez, veinte años después de su derrocamiento, no hago más que preguntarme en como se llegó a esta situación y pienso en la invasión soviética del país en 1978, pero en realidad esto empezó en 1973, cuando ocurrió el Golpe de Estado de Daud Khan.
Antiguamente conocido como la Bactria y por donde Alejandro Magno fundó varias de sus ciudades y en donde habitó una gran comunidad greco-budista, Afganistán fue objeto de codicia por muchos imperios a lo largo de su historia, pero ninguno lo tuvo eternamente y el Británico fue el último que lo intentó, fracasando en ello. En 1826 el país se convirtió en el Reino de Afganistán bajo la dinastía Barakzai, pero el país cerró sus fronteras a todo intento de reforma y durante 100 años estuvo anclado en el feudalismo, hasta que en 1926 se adoptó la primera constitución y el país empezó una lenta modernización.
En 1933 el Príncipe Heredero Mohamad Zahir Shah de 19 años se convirtió en el nuevo rey tras el asesinato de su padre, aunque en sus primeros años de reinado dejó el poder en manos de sus tíos
quienes ejercieron el cargo de Primer Ministro. En 1934 Afganistán entró en la Sociedad de Naciones que luego sería la ONU y se mantuvo neutral en la II Guerra Mundial. Bajo el reinado de Zahir Shah se fundó la primera Universidad de Kabul y su esposa la Reina Humaira Begum se convirtió en defensora de los derechos de las mujeres al no llevar velo, participando en eventos públicos, acabando con el uso obligatorio del burka y en 1946 la Reina fundó la Sociedad de Mujeres, que fue el primer instituto para mujeres que existió en Afganistán. Humaira Begum fue una feminista convencida toda su vida.
En 1964 se adoptó una nueva constitución más democrática y liberal. La Constitución convirtió a Afganistán en una democracia parlamentaria limitada. La Familia Real quedaba fuera de la mayoría de los puestos de la administración, se celebrarían elecciones libres y se reconocían los derechos civiles. Además, se reconoció la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, dando a las mujeres, por primera vez en la historia del país, el derecho al voto, al trabajo y a la educación. Todas estas reformas hicieron subir la popularidad del Rey y su familia.
Pero a finales de la década de los 60 el país vivió una grave crisis económica, agudizada por graves sequías durante tres años, que tuvieron como resultado la muerte de unas 80.000 personas. El 17 de julio de 1973 mientras estaba en Roma para recibir tratamiento lumbar Zahir Shah fue derrocado por un golpe de estado, orquestado por su primo el Príncipe Daud Khan, quien convirtió Afganistán en una república dictatorial con un solo partido y con él de presidente. En agosto el Rey abdicó y se quedó a vivir en el exilio siendo mantenido económicamente por el Shah de Irán.
La república de Daud solo duró 5 años cuando la URSS invadió Afganistán estableciendo una dictadura comunista y Daud Khan fue asesinado con el resto de la familia real que se había quedado a vivir en el palacio, dando comienzo a una serie de guerras civiles que no han terminado y que fueron el orígen de los Talibanes que en 1996 implantaron un régimen del terror basada en la Yihad y en cuyos atentados terroristas estuvo el del 11-S, lo que originó su derrocamiento por USA en octubre de ese mismo año al ser invadido Afganistán por la OTAN y USA.
Zahir Shah vivió en Roma durante los 29 años que duró su exilio y aunque intentó regresar a Afganistán en varias ocasiones nunca tuvo apoyos suficientes, su reinado, que coincidió con una época de paz, aún es extrañado por muchos que lo conocieron. En 1992 sobrevivió a un atentado terrorista contra su vida. En 2002 le fue autorizado volver a Afganistán en donde fue recibido por el Presidente y las distintas comunidades étnicas supervivientes a la masacre de los Talibanes, su esposa murió antes de poder reunirse con él, lo que le afectó profundamente.
Pese a que la ONU barajó restaurar la monarquía USA se opuso, aunque Zahir Shah declaró que no deseaba volver a ser Rey, de hecho llegó a declarar al periódico El País:
Ya no se puede gobernar como antes, el pueblo es el que debe decidir
Si en cambio recibió el título de Padre de la Patria y estuvo en la jura de poder del Presidente Hamid Karzai quien le restituyó su antiguo palacio y en donde murió el 23 de julio de 2007 a la edad de 93 años, siendo enterrado junto con su esposa en el Mausoleo Real tras recibir un funeral de estado acorde a su estatus de Rey.
Y ahora en pleno 2021 me temo que solo podemos esperar lo peor para Afganistán porque ¿Qué pasará si los Talibanes retoman el poder y entran en Kabul? ¿Cómo pudo el gobierno tenderles la mano para firmar la paz? Un acuerdo del que yo cuando lo ví en la televisión puse el grito en el
cielo, sí, porque los Talibanes no solo masacraron a media población con lapidaciones, explosiones o decapitaciones, sino que también arrasaron el Patrimonio del país, porque aunque hayan pasado 20 años aún tengo grabado en la retina el momento de la demolición de los Budas de Bamiyán con explosivos, para depurar la herejía que según estos miserables había que depurar de Afganistán.
Duele decir que Zahir Shah se equivocó al no aceptar el trono otra vez. Quizás ahora, si su hijo o nieto fueran el Rey a lo mejor la situación sería otra, mejor tal vez. A finales de agosto de este año las tropas restantes de USA y la OTAN saldrán de Afganistán, entonces lo que ocurra ya no podré decirlo ni yo ni nadie, porque abandonamos la batalla.