viernes, octubre 4, 2024

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Día del Libro, hermosa fiesta

Después haber celebrado, tipo pandemia, el “Día del Libro” con motivo del aniversario la muerte de Don Miguel de Cervantes, que por casualidad coincide con otro gran escritor, William Shakespeare, en vez de reseñar costumbres, modos de celebrar esta fiesta en algunos lugares, mi pluma hoy echa a volar por otras lindes, y tras felicitar a tantos y tantas que merecidamente han firmado sus ejemplares en esta efemérides, hoy me centro en todos los novelistas, poetas, es decir en todos los escritores , que por avatares de sus vidas no pudieron ver su obra impresa, sabemos todos, que los hay, ya que cada uno en su pueblo y si es capital , en sus barrios conocemos gente que merece estar entre los grandes, y no pudo ser, por no haber estado ni en el tiempo ni en el lugar oportunos.

Basta para saber esto recordar la historia de John Kennedy Toole que, después de haber pasado por ocho editoriales, con respuestas negativas, se suicidó.

Su madre, cogió el manuscrito y logró al fin que su novela viviera en miles de páginas en todo el mundo. ni que decir tiene, lo que hemos disfrutado, quienes la hemos leído, sonriendo o casi carcajeando con “Ignatius” en sus variopintos empleos, criticando así de esta forma a la clase media de entonces.

Pues a tantas personas, que tienen sus ilusiones intactas, que sigan luchando, no todo van a ser rechazos y los que tengan avanzada edad con más motivo, pues se cuenta con menos tiempo de lucha , eso de un modo u otro, lo primordial es no dejar la pluma.

Pues a todos ustedes, mi recuerdo y cercanía amigos, artistas de la palabra.

Recordemos hoy tantas estrofas tan bellas, que a lo largo del tiempo seguimos disfrutando, cuarteos, serventesios, tercetos, sonetos, herramienta que tan magistralmente usaron los grandes de la Literatura.

Hoy en este artículo, deseo rendir homenaje a una estrofa salida de la mano de una abuelita, que la ha compuesto en honor de su querida nieta, bautizada, como muchos de ustedes saben, con el nombre de “Julia”

A pesar de haber nacido hace poco tiempo, esta estrofa ya ha experimentado un primer Certamen Internacional de la “Estrofa Julia”, y en la entrega de premios se habló sobre ella, comentando que en las redes sociales, muchos escribirían sus poemas en esta modalidad.

Ya en este periódico digital, se nos puso al tanto de su nacimiento, bases del certamen y con su deliberación, los ganadores.

Ya ven hoy, con el “Día del Libro” tan cercano, no podía olvidarme de esta singular y recién nacida estrofa, deseando se vaya consolidando y para su autora Doña Consuelo Giner, mi enhorabuena y que su melódica estrofa, siga abriéndose camino.

Una especie de “post data“a la terminación de mi poema “Pensar” publicado el domingo pasado.

Les cuento, ante un problema resuelto en mi parroquia, hace algún tiempo, le dije al párroco de aquel entonces:

“Todo tiene remedio, menos la muerte” y me respondió:

“Angelina, un cristiano no puede decir este refrán, la muerte en nosotros, si tiene remedio, está la Resurrección”.

Y como yo, acabo mi poema “Pensar” publicado el domingo pasado, diciendo que después de la muerte dejaremos de pensar, tengo que contradecir este final con mis creencias sobre Jesús de Nazareth, diciendo que en aquel lejano día que di vida a este raro poema, quise decir, que nuestro cerebro tras la muerte dejaría de pensar, sin tener en mente para nada, cuestiones transcendentales y aclarado este entuerto, paso al final con un poema compuesto con la estrofa Julia” y estrambote.

 
  Reflexiones para orar
 Te ofendí, Señor, te has olvidado,
 y tu perdón,
 con creces, el bien , en mi ha logrado
 de ese don,
 con tu ayuda y gracia superado.
 Es mi deseo, que vaya saliendo de mi ego
 para ir con firmeza, en busca del hermano.
 De algunas caídas, bien sabemos,
 ¡y desengaños!
 que a veces de ellas aprendemos.
 Si, sin espantos,
 y por ello resurgir podemos.
 Esto hoy te ofrezco, mi Dios, mi Dios amado y bueno,
 mi lucha por seguir tus pasos con alegría y tesón.
 Lo que no sé, ni comprendo mucho,
 qué apenas siento
 contiene un valor cuantioso y ducho,
 amable y cierto.
 y es verdad, cuando a Jesús escucho.
 Me hablas Señor, que contenida la vida está
 en cuatro letras, amén, que es, seguirte a ti con convicción.
 Me miras a los ojos ¡Señor!
 con cuan dulzura,
 que ausentas de mí todo temor,
 es tu locura,
 y me invitas:¡ve tras el fervor!
 Hay momentos, que no sé que decirte mi Dios
 pues que hable mi silencio convertido en oración.
 Eres mi amigo,
 y guiarás mis pasos con certeza, y fe te pido.
 Señor, mi alma es siempre la que reza,
 mi Dios querido.
 Eres el camino de verdad, para seguirte y no perderme
 que mi vida sea parte de la tuya, Jesús mío eternamente.
 Que mi oración,
 ¡Dios mío! no se quede en la tierra,
 sea una canción,
 de oda, gracia y bondad intensa,
 ¡Señor mi acción!
 Suba a ti, mi sincera, pobre y débil plegaria
 y baje a mi tu clemencia, tu paz y tu perdón. 

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