Don Juan Carlos ha pasado trece veces por el quirófano desde 1954. La etapa más complicada tuvo lugar entre 2010 y 2013, cuando el monarca se sometió a ocho de estas intervenciones quirúrgicas. Un ritmo que le ha pasado factura a su salud.Debido a estas numerosas operaciones, el Rey emérito no podrá abandonar nunca los ejercicios de rehabilitación a los que se ha sometido en los últimos meses para recuperar la forma física.
Según ha podido saber Monarquía Confidencial por fuentes del entorno de don Juan Carlos, estos ejercicios son “la única manera de que el rey no empeore”.
No se trata, por tanto, de una rehabilitación temporal. Es lo que se denomina, según estas mismas fuentes, una “rehabilitación de mantenimiento”, encaminada a que el monarca mantenga su actual forma física el máximo tiempo posible.
El equipo de médicos encargado de velar por la salud de don Juan Carlos ha establecido un innovador programa de rehabilitación para el Rey.
Según las conclusiones de estos expertos, el monarca necesita someterse regularmente a sesiones de fisioterapia.
Para ello, don Juan Carlos cuenta con el apoyo de un fisioterapeuta del hospital de Alcorcón que se desplaza prácticamente a diario a La Zarzuela.
El rey también pasea varias horas durante la jornada sin la ayuda de su bastón. Completa su rehabilitación con ejercicios en la piscina, aunque este última parte del programa no se cumple todos los días.