Como Reina Consorte y luego Reina-Regente durante 17 años (1885-1902) cumplió escrupulosamente con su papel otorgado por el difunto Alfonso XII y el papel que la Constitución de 1876 le otorgó. Supo manejarse entre liberales y conservadores y jamás quiso poder absoluto, y ni siquiera con el Desastre del 98 aceptó la idea de un golpe militar para recuperar Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En lo familiar protegió la intimidad de sus hijos, sobre todo de Alfonso XIII que nació 5 meses después de morir su padre, y cuya salud siempre preocupó a la Reina. Cuando su hijo alcanzó la mayoría de edad en 1902 quiso retirarse a vivir a un palacete en la calle Pintor Rosales, pero Alfonso XIII sentía gran dependencia de ella y le pidió que se quedase en palacio. Si hubiera vivido más tiempo, pues María Cristina de Habsburgo-Lorena murió en 1929, quizás se habría evitado hasta la II República y la Guerra, pues ella fue una de las pocas que aconsejó al Rey no apoyar el Golpe de Estado de 1923 que instauró la Dictadura de Primo de Rivera y que a la postre echaría por tierra todo el trabajo de la Reina-Regente y del propio Cánovas del Castillo, verdadero artífice de la Restauración Borbónica de 1874.
A continuación, expongo en la medida de lo posible el horario de la Regente, el cual no cambió en esos 17 años. Recordemos que era sobrina del Emperador de Austria-Hungría y que se había forjado un fuerte y exigente carácter en Viena. Además, sobresalía por sus dotes lingüísticas y musicales, y esta última era su pasatiempo favorito. Tocar el piano. Pero sobre todo era bastante germana en la puntualidad y en su agenda.
Mañana
7:00 La Reina-Regente se levanta. Se asea y oye misa diaria. Luego desayuna y lee la prensa.
8:00-11:30 Reunión con varios ministros a la vez.
11:30 Reunión con el Presidente del Gobierno de Turno.
Tarde
13:00 El almuerzo se sirve en palacio. La Reina-Regente come en compañía de sus hijos. Luego da un paseo por el Retiro o la Casa de Campo.
18:00 La Reina-Regente despacha su correspondencia. Luego toca el piano, su gran pasión.
Noche
10:00 Se sirve la cena. Al terminar, la Reina-Regente se despide de sus hijos y se retira a dormir.
Este fue el estilo de Doña Virtudes, como la llamaron algunos. Y esto es para mí el cumplimiento a rajatabla de cuando reinar es un deber, y no un privilegio. María Cristina sin duda alguna fue una mujer poco bella, sí, pero sobresaliente y experta como ninguna cuando el cumplimiento del deber se llevaba en la sangre. Una mujer excepcional, virtuosa, no cabe duda.