Libertad de expresión

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¿Realmente alguna vez habéis intentado meteros en la piel de un caballo?

» Metiéndonos en la piel del caballo evitaremos decenas de problemas. Cada reacción, mirada y gesto de nuestro caballo tiene una razón.»

Si lo intentásemos evitaríamos decenas de problemas por caballo.

Cada reacción, mirada y gesto creado por nuestro caballo tiene una razón y por ello una explicación y, desde luego, un remedio.

– Por ejemplo: Cuando cinchamos nuestro caballo, no es de extrañar que el caballo se gire a amenazar e incluso a mordernos.


Si nos paramos a pensar que cada vez que le ponemos la montura y seguido apretamos la cincha lo más fuerte que podemos «solo para que nosotros no nos caigamos» al caballo se le oprime toda la caja torácica: desde aplastarle los importantísimos músculos que soportan la columna vertebral, también le oprimí mimos las costillas, corazón y pulmones que este último en cada inhalación prácticamente triplica su volumen, lo cual durante el ejercicio se vuelve muy estrecho y después de un rato muy doloroso. 

Hay que añadir que al día siguiente al volver a cinchar, también tendrá moratones que para nosotros serán invisibles pero para él se hace casi insoportable. Este mal se puede aliviar añadiendo entre el sudadero y montura un protector de espalda bastante grueso, poniéndole una cincha con elásticos en un lado, estas cinchas están pensadas para beneficiar al «caballo» y no al jinete. Lo cual significa que el lado elástico se pone en el lado derecho de la silla y nunca abusar a la hora de apretar la cincha.

A la hora de colocar las cabezadas y bocado es muy común acortar los latiguillos del bocado al máximo, de gran molestia para los labios del caballo, apretar la muserola y si hay también el cierra bocas.

Todo esto para intentar evitar que pase la lengua por encima del bocado, que sencillamente lo hace para evitar la congestión y fuerte presión sobre los miles de nervios que tienen sobre la superficie de su apreciada lengua. Cuando al caballo ya le duele en ocasiones se les duerme la lengua, se asustan hasta el punto que huyen. El caballo que levanta la cabeza e intenta abrir la boca al poner las cabezadas ya nos dice que va a estar a disgusto y que prefiere evitarlo. Todo esto se evita por difícil que parezca, haciendo todo lo contrario. ¡UNA VEZ MONTADOS!

El caballo tiene una gran manera de expresarse, intenta por todos los medios decirnos continuamente lo que siente y lo que piensa a pesar que siempre se encuentra con que nadie le hace caso.

A la hora de montar lo primero que hay que tener en cuenta es que el dorso y la columna vertebral del caballo no fueron creados para soportar las grandes cargas a la que los sometemos. Pero sí que hay varias maneras de ayudarle…

Para empezar: hay que acordarse de la postura natural del caballo que es la de estar pastando, o la de estar descansando con la cabeza relativamente baja, en todo caso el cuello esta siempre alargado.

El caballo tiene una gran manera de expresarse, e intenta por todos los medios decirnos continuamente lo que siente y lo que piensa a pesar que siempre se encuentra que nadie le hace caso.

Hoy en día resulta para los jinetes y entrenadores mucho más interesante entrenar con todo tipo de utensilios, que se supone que nos va a ayudar a dar el óptimo rendimiento, sobre todo en cuanto al caballo de deporte. En lugar de alargar el cuello y relajar los músculos, los tensa, acorta el cuello tanto que llega a provocar roces entre varias vértebras e inflamaciones hasta conseguir comienzos de artrosis intervertebrales. No solo eso, al causarle dolor y tensión, todo el dorso sale también afectado de igual manera. La polea también causa un falso pliegue de cabeza y cuello, además de desarrollar los músculos INFERIORES que a la larga solo consigue elevar todavía más la posición del cuello, a la larga se consigue todo lo contrario de lo que se desea.

Tampoco hay que olvidar que el equilibrio principal lo tiene en el cuello, es decir que al atar y prohibir el movimiento del mismo, seria igual que si nos atasen los brazos a los lados del cuerpo. Dificultaría bastante nuestra posibilidad de movernos, sobre todo saltar, hacer un sprinting, etc.

Para evitar o incluso mejorar estos problemas es aconsejable montar con las riendas lo suficientemente largas para permitirle toda movilidad y arqueo natural de su cuello, o no emplearlas y montar la mayor parte del tiempo con la rienda completamente larga para que el caballo encuentre su propio equilibrio, lo cual también consigue mejorar la autoestima y confianza del propio caballo. Esto significa que se obtendrán unos resultados muy positivos a la hora de crear un buen deportista.

-Muchas veces nos encontramos con que nuestro caballo ya no se mueve igual como cuando se compró… Esto viene por varias razones: la primera y más común por extraño que parezca tiene que ver con poner la montura demasiado «alante»… Se suele decir que hay que echar la montura lo más «alante» posible para evitar la presión sobre los riñones. Sin embargo realmente para el caballo es mucho más perjudicial. Haciéndolo así le ponemos la silla directamente sobre sus hombros, restringiéndole sus movimientos.

Cuando el caballo mueve sus omóplatos, al moverse la silla se le mete directamente en el hueco justo detrás de su omóplato causándole un constante pinzamiento y golpeteo por parte de la misma.

Echando la silla aproximadamente un palmo mas atrás de lo habitual, el caballo se encuentra mucho más cómodo. Se le destensarán los músculos de las escápulas y pronto empezará a moverse mucho mejor. Los resultados son más visibles en caballos de doma clásica y en los de salto.

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