sábado, octubre 12, 2024

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Ocúpate de ti mismo

Cuando hablo de «ocúpate de ti mismo», me refiero a que te preocupes de tu futuro, tomando decisiones expeditivas de estudio y preparación. Cuando eres adolescente y convives con la protección de la pandilla juvenil del instituto o del barrio,  pareciera que tienes un escudo que va a durar siempre, pero luego cuando acabas los estudios y maduras te das cuenta que estás solo. El futuro te lo tienes que buscar por tu cuenta, porque el porvenir siempre es una mina por abrir. Y es el momento en que empiezas a reconocer que perdiste el tiempo. Muchos padres temen que sus hijos o hijas se enamoren demasiado jóvenes,  porque les hará perder tiempo, y desastroso puede ser para sus carreras universitarias. Sobre todo, cuando se quedan embarazadas siendo menores de edad, pero lo más importante es la vida que viene y no la opción del aborto juvenil. Todo se puede reconducir. Porque no existe nada peor que una vida estéril.

Por ello, pienso que, desde que eres niño y adolescente, te has de preocupar de formarte y conseguir un título universitario, que podría ser que te lo tuvieras que guardar en una carpeta, o usarlo al participar en oposiciones o en los currículos que eches. Pero si estás formado, con el tiempo tendrás más oportunidades laborales que quien no los tiene, porque esos títulos amplían el abanico de oportunidades.

La competitividad se alimenta de la idea de ser el mejor, o al menos intentarlo, la vida es como en los deportes, tratas de ser el mejor o de meter más goles. Pero porque no llegues a ser un as, un campeón olímpico, no quiere decir que tengas que tirar, abandonar al mínimo contratiempo. En nuestra cultura occidental no está mal visto competir, respetando las reglas de la competición o de las oposiciones.

En clase, a los más estudiosos e inteligentes les llaman «empollones», como las gallinas que ponen huevos, están empollando conocimientos, otros alumnos son más distraídos y no prestan atención en las clases porque se creen que ya lo saben todo o que no es lo suyo. Pero este desnivel se compensa con la fuerza de voluntad y echar más horas o buscar las consabidas técnicas de estudio por fichas, y técnicas memorísticas. Uno puede estar en el pelotón de los torpes, pero, con esfuerzo, interés y repetición, aprenderás y aprobarás.

Cuando hablo de «ocúpate de ti mismo», me refiero a cuando convives con la protección de la pandilla juvenil del barrio, y parece que va a durar siempre, pero cuando acabas los estudios y maduras te la tienes que buscar por tu cuenta, y te quedas solo frente a tu porvenir. Y empiezas a reconocer que en algunos momentos perdiste el tiempo. Muchos padres temen que sus hijos o hijas se enamoren o encariñen con una chica o chico, demasiado temprano, porque les hará perder tiempo, y desastroso es para la carrera cuando te quedas embarazada siendo menor de edad, como ya he dicho más arriba.

Por lo tanto, uno ha de ser egoísta y ocuparse de su futuro, aunque oigas las voces de falsos profetas que lo importante es vivir el presente y no el futuro, que no existe, sino que es una entelequia. El futuro de los jóvenes sí existe, es más importante que el presente, el presente se malgasta. El presente es efímero. El día que perdiste ayer o el fin de semana con los «amigorros» ya se esfumó, es pasado y no se puede recuperar. Divertirse es necesario y está bien, pero en su justa medida.

Existe tiempo para todo, pero todo ha de ser organizado y con cabeza, con mucha cabeza y egoísmo de saber decir «no» cuando juegan con tu tiempo que es oro. Llega un momento en que has gastado todo tu oro, y el oro futuro puede estar en el aire.

Ocúpate de ti mismo, también se amplía al terreno adulto, dedicando tu tiempo a tu oficio o profesión. Hay muchos ejemplos de personas humildes que con estudio y tesón han llegado por oposición a empleos de altos grados. Muchas veces oigo decir: quiero vivir mi vida. Y yo pregunto: ¿Qué es vivir tu vida? ¿Qué clase de propiedad es nuestra vida? Has pensado alguna vez que tu vida no te pertenece.

No cierres los ojos a la vida, a los proyectos futuros, no te contentes con lo que te den, sino en preguntarte: ¿qué puedo yo hacer por los demás? ¿Qué puedo conseguir si me esfuerzo? El camino está lleno de contratiempos. Ocúpate de ti mismo y deja de lado la envidia o lo que puedan hacer los demás por ti. Lo de los demás no te importa, ocúpate de ti porque en cuanto te debilites te dejarán fuera del círculo, y ya no hay forma de regresar. Realiza tus proyectos con ganas e ilusión porque la ilusión y la pasión son los motores que te llevarán a la victoria.

Vivimos en sociedad y en un estado capitalista globalizado, el mundo financiero está más intercomunicado que nunca, y lo vemos diariamente en las noticias, los telediarios sobre el estado de las Bolsas Mundiales, y en los mercados de divisas, que aplastan al individuo, que no puede, en la sociedad actual, vivir independientemente, vivir en la paz de su huerto cultivando sus verduras y sus patatas. A la vida bucólica te puedes dedicar en la jubilación, cuando tienes asegurada tu pensión que en el pasado te ganaste trabajando, si es que en el futuro las darán. Situación laboral que, actualmente con el paro, muchos no llegarán a tener una pensión digna, sino una contributiva de supervivencia mínima.

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