viernes, abril 26, 2024

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Osama Ben Laden y los españoles

Cuando Al Qaeda derribó las Torres gemelas en Nueva York, junto con miles de inocentes dentro, la conmoción fue general, mundial, y también alcanzó al mundo islámico; un mundo que no contempla la muerte de inocentes en la guerra, salvo casos muy específicos que señala el Corán y los Hechos del profeta.

Hubo un salto filosófico/teológico con tal masacre. Al Qaeda mantenía que su guerra era un Yihad defensivo puesto que el gran Satán, los USA, apoyaba sin ambages a Israel en su aniquilación del pueblo palestino, y además ocupaba el sagrado suelo del Islam, Arabia Saudí, entre otros motivos. Este Yihad defensivo, del mismo modo que en el caso de Hiroshima, autorizaba a los combatientes santos, los muyahidines, a sacrificar inocentes que, y aquí el nuevo enfoque, al tratarse de una democracia, eran responsables del gobierno USA y, por lo tanto, podían ser combatidos y masacrados aunque fuesen niños, ancianos o mujeres.

El yihad defensivo lo justifica el Islam para aquellos países que son atacados por el infiel, caso de Afganistán, por ejemplo, o para reconquistar aquellos países o tierras que fueron del Islam y ahora lo son del infiel, como es el caso de Al Ándalus, es decir, España. Y aquí, en España, nos encontramos con una situación que no tiene nada que ver con el Yihad pero que recuerda el concepto de responsabilidad delegada, como es el caso del sufragio pasivo, el voto que de cuando en cuando emitimos, o abstenemos, o efectuamos en blanco.

El PSC, Partido socialista de Cataluña, sucursal independiente del PSOE, propone que España sea un estado plurinacional, además de plurilingüe que ya lo es. Lo hace desde la campechana y bonachona –aparente- personalidad de su secretario general, el señor Iceta, que lo envuelve en un celofán federalista para hacerlo más digerible, que no más justificable.

A esta situación llegamos tras un largo proceso de deterioro de nuestro sistema democrático y de derecho –esto último por el creciente control de la justicia a manos de los dos grandes partidos- basado supuestamente en una mayor participación de las bases de los partidos por medio de las primarias para la elección de secretarios generales o consultas internas para la toma de decisiones importantes. El resultado lleva a dirigentes profesionales desde su ingreso en las juventudes de los partidos, ajenos desde casi la adolescencia a la realidad de la calle, que dirigen el país con el teórico 

respaldo de unas bases que en realidad corresponde al 1% o menos de apoyo recibido en la contienda electoral; como va a ser el caso del venidero gobierno “progresista”, capaz, una vez en el poder, de abrir la vía para la rotura de España, o lo que es lo mismo, su desaparición.

Lo que está en juego para el futuro próximo es la esencia de España. Una vez que se abra la veda para Cataluña, el proceso será imparable. Reinos hispánicos o reinos de taifas, que cada uno elija, pero ya no más España. Y habrá responsables; ese 1% seguramente, pero aquellos que por costumbre, dejadez, aversión a la derecha o a la persona que dirige determinado partido, no prestaron suficiente atención a lo que había detrás de su papeleta, en este caso el PSOE, sin darse cuenta que votaban a un partido que está dispuesto a disolver España en un caldo federalista como paso previo a su definitiva destrucción, tienen que ser conscientes, al menos en su pensamiento intimo, que son y serán responsables de a dónde nos lleve el doctor Sánchez.

Es lo que tiene el sistema democrático, todos somos responsables, hasta los que se quedan en casa.

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