Su origen tiene una mezcla de sagrado y de profano, como la mayoría de fiestas o actos institucionalizados por la tradición.
En el Nuevo Testamento, en el pasaje de la “Matanza de los Inocentes”, narra cómo el rey Herodes ordenó matar a todos los niños nacidos en Belén, con menos de dos años, por temor a que Ieoua (Jeová) (1) o el Mesías llegara a destronarlo.
Cuenta la tradición que muchos padres idearon bromas o noticias falsas con el fin de poder librar a sus hijos de esta cruel matanza. Poco a poco se fue convirtiendo, en la Edad Media, en transformaciones festivas, conservándose algunos testimonios vivos en algunas poblaciones de España, como por ejemplo, la de Jalance, en el Valle Ayora- Cofrentes; la de Ibi, en la Hoya de Castalla o la de Camp de Mirra (en el Alto Vinalopó)…, por sitios que yo conozco. El caso es que, poco a poco, se ha extendido tanto la costumbre de gastar bromas el día 28 de diciembre, que conserva el término de “inocente” que, ese día, se gastan bromas en todos los medios: telefónicas, periódicos, WhatsApp…, dando noticias falsas y, por cierto, algunas de muy mal gusto, con programas televisivos como “Inocente, inocente”… donde gastan bromas de mal gusto para despertar la risa de los espectadores.
Ha quedado instaurada esta fecha, del 28 de diciembre, como el “día de las inocentadas”, aunque no es seguro que fuera esta la auténtica fecha en que los tres Reyes Magos de Oriente, revelaran a Herodes, por desconocimiento, que había nacido el Mesías, el “Rey de reyes”.
Otra tendencia prefiere vincular esta fecha a la cultura pagana, estrictamente, donde se ofrecía un sacrificio durante las fiestas paganas conocidas como “Saturnales” y en las que se pasaban poco más de dos semanas (entre el 16 de diciembre y el 2 de enero) con ambiente festivo (incluso de carnaval), e intercambiando regalos. En estos banquetes romanos se instauró la costumbre de incluir en una torta un haba y el que la encontraba era el “rey” hasta que terminara la fiesta. En lugares como Valencia, Segorbe o Elche, el líder tenía potestad sobre séquitos de jóvenes que animaban al nuevo monarca a gastar bromas -a veces abusivas-. Estos son partidarios de pensar que se estableció el 28 de diciembre para subvertir los “saturnales”. Y como sugerirá lo que estoy diciendo, otra tradición, la del “Roscón de reyes”, con sorpresas, pero en la actualidad, el que encuentra el haba es el que paga tan rica toña. En 1403, un documento el Archivo Municipal de Valencia, da cuenta de que el Consell de la ciudad prohibió esta celebración, conocida como “el joc del rei Passeró”, con penas de prisión.
Como la tradición es tan fuerte, es muy difícil suprimir una costumbre, totalmente, si bien es cierto que va evolucionando lentamente, al igual que las personas.
(1) Por cierto ¿Se han dado cuenta de que el nombre de Jeová (Ieoua) contiene las 5 vocales de la lengua castellana?