Todo será histórico en este agosto marcado por la pandemia. Para los devotos de la Virgen de los Reyes no lo ha sido menos. Este mes, que marca el tiempo del verano estival en Sevilla, no ha tenido en las calles a su patrona, pero sí ha regalado estampas inéditas como la que se ha visto en la Catedral de Sevilla. La imagen no ha estado en su lugar habitual, en el presbiterio de la Capilla Real. Por su parte, presidió un acto de veneración a los pies de la reja de la Capilla Real, estancia, por primera vez en la historia, durante los días 4 y 5.
No existen datos ni documentos que certifiquen que la imagen presidiera alguna vez un acto en esta ubicación. La asociación que le rinde culto, en coordinación con el Cabildo Catedral, ha querido con esta disposición facilitar el tránsito de los fieles y devotos que han querido.visitar la imagen durante estas dos jornadas de largas colas. Una reverencia por un beso, fórmula ya habitual desde que el coronavirus diera de bruces con la Cuaresma, ha sido la norma para ver de cerca a la patrona, la Virgen de los Reyes. Así fue este acto que se inició el martes de 9 a 14 horas y continuó por la tarde, de 18 a 22 horas.
Por otro lado, el día 5 de agosto miércoles, la apertura fue de 9 a 14 horas. Al cierre, la Virgen de los Reyes fue trasladada de forma privada al altar del Jubileo para presidir su novena, que también tendrá un carácter especial: en los visuales y en lo cultural.
Para el acto de veneración, la entrada se realizó por la Puerta de los Palos y un camino guió al devoto hasta la imagen. Tras la reverencia, la salida fue por la Puerta de Campanillas. Hubo que portar la mascarilla de forma obligatoria y utilizar el gel desinfectante, situado en el interior de la Catedral, tanto en la entrada como en la salida. Para esta ocasión, no hubo el lugar para la oración como era habitual hasta ahora y se creó un horario de fotografías, establecido en la mañana del día 4, de 8 a 8.30 horas de la mañana, con previa comunicación a la organización de la Catedral.
Por su parte, la Virgen de los Reyes llevó el manto azul eléctrico realizado por Elena Caro y regalado por los hermanos de la asociación en 1982. También lució la saya a juego de Caro, el pecherín de los corales, la corona de filigrana de oro, de Manuel González Rojas, de 1876 y antigua de salida.
Para la novena lució el manto verde, el que sacó en la última salida de 2019 y uno de los dos más antiguos que posee junto al blanco, ambos donados por la Reina Isabel II. Una pieza datada de 1853, de un gran valor artístico, confeccionado por las hermanas Margarita y Rosa Gilart Jiménez, dos mallorquinas encargadas de bordar en la cámara de la Reina Isabel II