Arde el Amazonas
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© EFE Joedson Alves inició la cobertura visual, adentrándose en la Amazonia
Siento una gran pena en mi corazón pues se quema nuestro verde pulmón. Igual no razonamos las personas para qué sirve el inmenso Amazonas. Y seguramente no te impresionas y la noticia muy pronto abandonas. Total, está tan lejos de tu casa que de verdad te da igual lo que pasa. Y con ausencia total de emoción tu papel en la vida no traicionas aunque tu verde futuro se arrasa. Cuando veo el Amazonas ardiendo lloro con triste pena, pues no entiendo que alguien por maldad, o por vil dinero juegue con la vida del mundo entero, pues, te digo una cosa compañero, si el Amazonas muere... Con él muero. Pues no son sólo unos árboles más ya que, en verdad, sin ellos, morirás, tras una lenta agonía y sufriendo la falta de oxígeno y prisionero de tus acciones, por siempre jamás. Desde este grito en verso y apenado al mundo le dirijo este llamado. ¡Debemos conservar la Amazonía! Tenemos que mimarla día a día. Y regocijarnos en la alegría de su fauna y su flora en armonía. Toda esa bella y gran diversidad que hasta ahora vivía en libertad. El Amazonas no ha de ser pasado ni salvarlo ser sólo una utopía... ¡A ver si te enteras, Humanidad!
