AÚN FALTA UN RETRATO

Su nombre e imagen ya os serán conocidos, dado que ya ha habido más de un artículo que he escrito sobre el Príncipe Vladimir Paley Romanov, aunque este es especial.

Este 28 de diciembre Vladimir habría cumplido 125 años, aunque en el resto de Europa sería el 9 de enero. Esto se debió a que los rusos usaban el Calendario Juliano y nosotros el Gregoriano y ambos tenían 12 días de diferencia. Así pues cuando nació en Rusia era 28 de diciembre de 1896 y en Europa 9 de enero de 1897.

Volodia, como lo llamaban sus padres y amigos nació hace 125 años, y con trece ya empezó a demostrar un talento para la poesía poco común en un niño de su edad, algo muy parecido con Mozart, que con solo cinco años ya sabía tocar como un auténtico maestro. Ambos fueron un prodigio de la vida y esta en cambio fue intensa, corta y hasta cruel con ellos. Como bien recordarán Vladimir fue asesinado en 1918 al igual que otros miembros de la familia imperial y posteriormente sería canonizado y rehabilitado por la Iglesia Ortodoxa y la justicia rusa.

Hoy en mi mente he estado más en Rusia y en San Petersburgo que en ningún otro sitio, especialmente en el Palacio que la Princesa Olga Paley, madre de Vladimir, mandó construir para que ella, su marido e hijos vivieran, cerca además del palacio de Tsárskoye Seló, la Aldea del Zar, en donde habitaban Nicolás II y su familia. Ese palacio tras la revolución cayó en desuso, luego fue una escuela militar y a día de hoy está abandonado, las ventanas tachonadas, el césped en mal estado y las verjas han sido arrancadas sustituyéndolas por planchas de acero para evitar el paso y la bella fachada neoclásica se cae a pedazos.

En San Petersburgo se encuentra la Academia de las Letras, unida a la Imperial Academia de las Artes y las Ciencias en donde se admiran los retratos de los escritores ilustres de toda la historia de Rusia, Pushkin, Tolstói, Dostoievsky etc…Otro lugar insigne es la Casa Pushkin o Instituto de literatura rusa, pues bien, Vladimir no figura entre ellos, su retrato no está y sus obras, algunas salvadas y otras perdidas para siempre por la garra destructora de la URSS y la depuración cultural que supuso la Revolución Rusa, por mucho que algunos lo sigan negando, no figuran en las librerías de Rusia ni en ninguna otra. Descansan en los Archivos, acumulando polvo y sin resucitar de sus cenizas como el Ave Fénix.

125 años del nacimiento de este gran prodigio de los versos y solo los que lo conocemos podemos pintarle retratos o erigirle monumentos en nuestra mente ¿Cuándo llegará el día en que ese sueño tome forma de verdad?

Varias asociaciones rusas fieles al recuerdo de los Romanov deberían de salvar el Palacio Paley y reconvertirlo en museo para que las futuras generaciones sepan que allí no solo vivió un príncipe que solo hoy aparecería en los cuentos de hadas, sino que también vivió un poeta de renombre. Así como Lorca tiene su casa museo en Granada, Ana Frank en Ámsterdam, Cavafis en Alejandría o Jane Austen en Hampshire pues que S.A.S Vladimir Paley la tenga en su país natal, pues él fue parte del espejo de Rusia y de su propia identidad y su retrato debe estar en donde a él le habría encantado que estuviera.

Sea pues pronto. Es todo cuanto deseo no solo yo, sino muchos, muchos. A un artista nunca se le debe privar de su lira y voz y Vladimir lleva ya en silencio 103 años, que termine pronto para que entone de nuevo otro canto.

¡Feliz Cumpleaños Volodia!

Conde Bevilacqua