Aunque cien veces me muera, me muera, me muera, y mis huesos se hagan polvo, exista o no exista el alma, mi amor hacia mi amado no sufrirá algún cambio. Atrapa el presente, amigo, goza y no tengas miedo. Entre otros goces que la vida ofrece queda claro, está, por derecho propio: amar y ser amado.