Cronos
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©La imagen corresponde a la Fundación Gurdieff de Argentina
Cuentan mis antepasados que una noche de verano en los jardines las uvas trepaban como rosas y los claveles olían a mar en crespones de olas. Dicen que la luna aparecía inmutable, en su cielo a despertar antiguas pasiones que rompían a destajo misterios, olvidos, dolores. También que el arcoiris es una ilusión pasajera como la vida misma; que usan palabras para nombrar ineludibles recuerdos y ponen toga a los antiguos vestigios del orden supremo. Hoy soy un antepasado y el rostro que me mira, es Cronos inexorable hasta mis últimos días.
