45 años llevamos teniendo una democracia sólida, a pesar de estar constantemente ese continente de la libertad con tormentas y oleajes que pretenden derribarlo. Pero si algo hemos aprendido tanto los nacidos después de 1978 como los que votaron ese 6 de diciembre es que nadie más iba a decidir el futuro de los españoles, ni que estilo de vida o pensamiento debíamos tener.
Cuando los jóvenes dicen que no se sienten identificados con la constitución les animo a volver a pensarlo un poco mejor, porque muchos van de intelectuales y sabelotodos, pero la mayoría de esos que comparten sus discursos e ideas, que pretenden hacer pasar por veraz con una elocuencia absoluta y una pose Ciceroniana, no han cogido un libro en su vida, más bien cogen uno llamado redes sociales, páginas web politizadas e imbuidas de extremismos radicales de izquierda o derecha y tras una buena refriega ya no tienen cerebro propio.
Ayer sin embargo pude ver como en las visitas al Congreso estos días para ver el legado de la Transición, a la que muchos tachan de lobo con piel de cordero o Régimen del 78, los jóvenes se quedaban sorprendidos, porque eran expertos en derecho constitucional e historia quienes en mesas redondas y fórums les han aportado la VERDAD, y sí, con mayúsculas, porque debe saberse.
Esta constitución a diferencia de otras anteriores, no fue pasada por las Cortes y aprobada, se le preguntó a los españoles y dijeron que si con un 91.81% a favor. Gastan saliva inúltimente aquellos que dicen que no se contaron todos los votos, mentira.
Hemos sabido separar cada elemento para evitar de nuevo situaciones extremas como las que vivimos en la gran mitad del siglo XIX y principios del XX, hemos cerrado el período oscuro de nuestra historia, y este no debe volver, hay que combatirlo si pretende de nuevo instalarse y dividir a la sociedad. He dicho.
No me queda más que decir salvo que ¡Viva El Día de la Constitución! ¡Viva los españoles y el Rey! ¡Y viva la libertad!
Con o sin el apoyo de quienes la desprecian esta Carta Magna celebrará sus 50 años en 2028. Y diremos que pese a las adversidades y combates no nos rendimos nunca.
