En la densa noche de las noches plenas mi alma te busca en los profundos sueños mas no te encuentra en el deleite magno y sí te halla trunco en la verdad oculta. Tú, negra estrella en agujero infinito. Yo, perdido ocaso de otros tiempos cuando sembramos gritos en la mudez de la tierra cuyos silencios perduran en los ecos perdidos. Mas una historia revive en la sorda indiferencia que una realidad nos mantiene más allá del olvido y más acá nos retiene en el divino destino de ser uno y otro diversos, inexorablemente unidos.



