¡Qué bello contemplar la primavera
con riachuelo moviéndose apacible
y flores con olor indescriptible
admirando en color verde pradera.
Y cierran sus capullos los frutales
para formar las frutas exquisitas,
que en los seres produce los caudales
de dulzuras, como aguas más benditas.
El amor que nos da Naturaleza
quizás comparable es al ver la Luna,
la pareja arrobada en su belleza
en la estrellada noche clara cuna.
Y en éxtasis de sueño de embeleso
se sellan con pasión, ardiente beso.
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