En la auora me despierto
con tu faz junto a la mía,
dibujo tu rostro: frente,
cejas, nariz, ojos, labios...,
me detengo de repente,
te has despertado, es el alba,
nuestras miradas se tocan
y sonríen complacidas,
yo llevaré esa mirada
en lo más hondo del alma.
La aurora ha dado el aviso,
un nuevo día comienza,
muchas sorpresas traerá
pero me has dado las fuerzas
para seguir adelante
con alegría y humor,
y aunque llueva todo el día
no me es preciso el paraguas
porque llevo esa mirada
en lo más hondo del alma.
Y si a desayunar vamos
¡qué más da tomar un zumo
de naranja o de granada!
si ya llevo el alimento
necesario para el día,
pues si no solo de pan
se dice que vive el hombre
yo ando muy bien servida;
conservaré esa mirada
en lo más hondo del alma
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