El árbol donde se cobijan las almas, donde se da la sombra durante el disfrute del verano. El árbol frondoso invita a sentarse y le hablas como si de un confesor se tratase, como si fuera parte de ti, sintiendo un descanso cuando lo haces. ¡Árbol de mis alegrías y de mis penas! Pongo en ti una señal, una flecha, un recuerdo solo para mí. Lo importante es que mi alma deseosa, descansa de recuerdos vividos y de tristeza que dejaron en mis ojos... Lágrimas perdidas de aquel mirar sin aliento, recuerdos y tristezas en un total desencuentro.
