La mujer

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Ríes, y tu carcajada
tiene notas de agua fugitiva.
Sonríes y ríes con facilidad.

Como cuando lloras,
lloras riendo de felicidad
 y las lágrimas caen como perlas
en el cauce del agua.

Tienes luz y color,
perfumes y aromas del recuerdo;
lloras, y cada lágrima es un poema
de ternura infinita, creas deseos
que arden en tus mejillas.

Besas, y tus besos son como granadas
que se pueden comer de una sola vez.
Tu piel huele como la flor de la canela.

¿Qué es versar sino querer amar,
añorar a la mujer soñada?

Publicado en su libro Sentires y pasiones

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