sábado, 9 noviembre, 2024

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LA RETRETA

La estuve viendo y fue tal la impresión que me hizo que al llegar a casa, lo escribí, luego lo puse en las páginas de mi libro “Puntadas Literarias” en el año 2012 y ahora acaba en nuestro periódico digital.

Podrán sacar en consecuencia que me fascinó y tal vez pudiera ser un reclamo para que lo disfruten personalmente.

“Una parte de la fiesta que más me ha impactado de Petrer es la “Retreta”, ésta viene a ser el preludio de lo que serán los plenos y jubilosos días que se van a disfrutar. Está preñada de esperanza y alegría y por doquier se adivina que “Retreta” es la puerta mágica para vivir intensamente tres jornadas de dicha y desenfado. Se da rienda suelta al baile, a la charanga, al ritmo, todo sin norma, sin sujeción, sin tiranías, todos conjuntados en un mismo acorde, en un mismo sentir.

Se palpa, se siente el pueblo que vibra por doquier: no hay pobres, ricos, nobles, plebeyos, forasteros o de Petrer. En la “Retreta”, todos nos transformamos en fiesta siendo ésta un nuevo ser, ser que comienza a vibrar su identidad, ser que da rienda suelta a su cultura, a su modo de pensar. Moros y Cristianos cual guirnaldas vivientes perfuman las plazas y calles con su peculiar y característica humanidad, son únicas en ese mundillo de cruces y arabescos.

Tengo el recuerdo viviente de mi padre, del que tuve las primeras noticias de esta incomparable efeméride. Con qué énfasis, con qué pasión y amor me la describió, que antes de conocerla, ya la amaba; luego, al poderla palpar fui de sorpresa en sorpresa; pero hoy no quiero desviarme describiendo otros aspectos de la “fiesta”, me quiero centrar en “La Retreta”, paladín, embajadora y promesa de estos intensos y jubilosos días. Aquí sí cabe mi recuerdo, mi impresión vivida de aquella primera “Retreta” en Petrer. Fue en la calle Julio Román; caminaban todos de la mano formando una gigantesca cadena con vida propia. Iba de asombro en asombro, ver tantos y risueños rostros y aun sin conocernos, de todas las comparsas tuvimos una cordial invitación, – hablo del año sesenta y tres. Recuerdo a la Chusma, Flamencos, Moros Nuevos, etc., que nos cogían a mi marido y a mí de la mano y nos mezclábamos todos en una noche imborrable, llena de fantasía, plena de música y de lúdicos vaivenes, todo acompañado con alguna que otra estimulante bebida que hacía subir el termómetro de la euforia y alegría. Éramos todos entes irreales, todos protagonistas de la vida. ¡Eso es! ¡Eso! Lo que mejor definiría “La Retreta” sería: ¡Todos a una, sintiéndonos protagonistas de la vida!

“La Retreta” pudiera ser inspiración, lira y musa de cuentos, leyendas y poesías, con su carga de colorido, música, compañerismo, luces, movimiento, evocación histórica, atavismo, relajación, tensión y sobre todo simpatía. ¡Eso!, ¡eso! “La Retreta” también se pudiera definir como simpatía. ¡Nada! Que no me pongo de acuerdo y… si, tal vez, la llamáramos luz, esplendor o aurora de noche. ¡No! Ningún título te hace justicia. “Retreta”, tú eres indescriptible, no tienes etiqueta, ninguna metáfora puede superarte porque eres vida.

Eres lazo, unión y compendio. Todos, hombres, mujeres, niños y niñas venidos a esta bendita tierra de cualquier rincón de España nos fundimos con los oriundos en un mismo sentir.”

Si les es posible vivirla verán como no exagero.

Tienen no obstante la capacidad de soñar. ¡Suéñenla!

Foto cedida por el fotógrafo Vicent Olmos Navarro

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