La princesa Leonor de Borbón hizo ayer, 4 de noviembre, su primera intervención pública en Cataluña arropada por su familia y por el público asistente a la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Girona.
La princesa ha mostrado una dicción impecable en las cuatro lenguas que ha utilizado (español, catalán, inglés y árabe), acompañando su discurso con su habitual y cautivadora sonrisa. Todo habría resultado perfecto si no fuera porque, en el exterior, la horda incontrolada se ha dedicado a «apretar», siguiendo los consejos de Torra, y ha «apretado» lo suyo: ha vapuleado a un empresario, ha impedido la entrada a un político, ha quemado fotos de la familia real, cuyos retratos ha reproducido mediante caricaturas de mofa y escarnio, ha vociferado consignas absurdas y exhibido pancartas mal escritas en varios idiomas (el español entre ellos).
Contra esa horda que impide a los ciudadanos ejercer su libertad de movimientos, que no permite a los camiones transitar por las autopistas, que prohibe a los universitarios acceder a sus aulas, que obliga a los comerciantes a cerrar sus negocios, que retira a los turistas a otras latitudes, ¿dónde la policía? ¿dónde los mossos de esquadra? ¿dónde las fuerzas del Estado que deberían garantizar la seguridad y libertad de todos?
No se puede andar con blanduras en una tierra tomada por la horda, en la que, en el anonimato cobarde de la muchedumbre exaltada, se queman contenedores (según cierta señora, eso no es violencia), se agrede a las personas, se destruyen las calles… con aparente impunidad. Apoyemos a quienes más determinados están a combatir a la horda con todos los recursos del Estado de Derecho. Pensémoslo bien a la hora de depositar nuestro voto el próximo domingo.
Fdo.: Delegación Provincial de la HNME de Madrid