Fue el sobrino de Napoleón I y el último Emperador de Francia y este pasado 9 de enero se cumplieron 147 años de su fallecimiento en el exilio, en Camden Place, Inglaterra. Pese a que hasta hace bien poco era mal visto, el II Imperio Francés (1852-1870) ha recuperado prestigio entre los historiadores franceses, pues corresponde a la época de mayor avance social, cultural y tecnológico que Francia haya tenido. Fue gracias a las reformas urbanas del Barón Haussman, Prefecto del Sena y bajo las órdenes del Emperador, por las que París se convirtió en la Ciudad de la Luz. Bajo el patrocinio de la Emperatriz Eugenia, Louis Pasteur pudo financiar sus investigaciones para la vacuna contra la rabia y el proceso de pasteurización e igualmente las mujeres como la pintora Rosa Bonheur pudieron labrarse su camino en un mundo de hombres.
La carrera de Napoleón III al trono no fue fácil. Creció en el exilio, apoyó en un principio los movimientos liberales, nacionalistas y socialistas de Italia y Alemania y más tarde apoyó la Unificación de Italia, lo que le valió el odio de algunos Carbonarios que él había apoyado, hasta el punto de sufrir un atentado en 1858 por parte del terrorista Orsini, del que salió ileso. Pero el momento más interesante es el que abarca el período entre 1836-1846 cuando Napoleón III no era nadie, solo el sucesor del Bonapartismo desterrado de Francia.
La primera vez que intentó hacerse con el poder fue en 1836, cuando intentó dar un Golpe de Estado en Estrasburgo, el cual fracasó y por el que tuvo que huir a Inglaterra. Nuevamente, intentó otro golpe en agosto de 1840, cruzando el Canal de la Mancha con una pequeña nave con algunos soldados en Boulogne-Sur-Mer. Esta vez fue apresado y el Rey Luis Felipe I de Órleans harto ya de sus intentonas golpistas lo mandó encarcelar en la Fortaleza de Ham. Pese a que estaba preso, Napoleón gozó de cierta comodidad durante su etapa en prisión; en esos años aparte de leer bastantes libros de diversos temas, escribió varios tratados y comentarios que reflejan su ideología romántica, su política de corte liberal-autoritaria y su socialismo utópico así como la defensa de muchas ideas de la Revolución de 1789.
No fue hasta 1846 cuando, disfrazado de carpintero, logró burlar a sus guardias, escapar de Ham y exiliarse en Inglaterra.
Finalmente, en 1848 tras la caída del Rey Luis Felipe, Luis Napoleón regresa a Francia y se convierte en el Primer Presidente de la II República Francesa. Cuatro años más tarde, y tras dar un Golpe de Estado, se convertiría en el Emperador Napoleón III y tras ganar el sí al Imperio por 7.000.000 de votos en el plebiscito que se llevó a cabo.
Cuando el II Imperio ya deslumbraba y estaba casado con la Emperatriz Eugenia, Napoleón III fue interrogado por los cortesanos durante una fiesta en la corte, en la cual y durante las conversaciones, el Emperador dio muestras de la vasta cultura que poseía. No me extrañaría nada que fuera un momento cómico en cierto sentido por la pregunta que le hicieron al Emperador y la respuesta que este dio.
-Majestad ¿Dónde adquirió semejantes conocimientos?
Y él respondió:
-En la Universidad de Ham.