Seguiré en el río mojando mis pies, frente a la montaña medí mi altivez seguiré nadando contra la corriente, mi temperamento es débil y es fuerte. Seguiré empeñada en hacerme daño, cuando inútil es buscar el amparo. He de retirarme, más no tengo ganas de que el tiempo apremia y arrase mis cartas. He de seguir firme aunque sea fachada, como aquella puerta de mi casa en Málaga.
