Cinco horas de ceremonia que sin duda alguna, queridos lectores míos, pasarán a la historia como este día que nunca olvidaremos. Porque hoy, y pese a los esfuerzos en vano de los que desean dinamitar el legado de la Transición y la Corona, esta ha salido refortalecida en la figura de S.A.R la Princesa de Asturias, que en el futuro será reina.
Ejemplaridad, esa es la lección que hoy Su Alteza nos ha enseñado hoy. Una lección de ejemplaridad, majestad e historia que quedará grabado en nuestra memoria y entre las paredes de los salones del Congreso y del Palacio Real para siempre.
Nada más que alegría es lo que podemos sentir hoy por este momento, que al igual que la proclamación en 1975 del Rey Juan Carlos I, la aprobación de la constitución en 1978 y su juramento por Su Majestad Felipe VI en 1986 cuando alcanzó la mayoría de edad quedará en los libros de historia, y en la memoria de aquellos que debemos luchar por preservarla y evitar su alteración o reescritura. Solo así puede avanzar un país.
A la generación más joven que no conoció la Transición, el 23F y todo cuanto se logró en esos años les animo a saberlo, a acercarse incluso a Sus Majestades y a su Alteza Real, porque en ellos está el saber escuchar sin importar a que partido votes o cuales sean tus ideas, siempre en un marco de respeto mutuo y cordialidad.
Poco más me queda por decir, salvo que mis felicidades a Su Alteza Real por este día histórico en el que ha jurado la constitución y alcanzado la mayoría de edad y también a Sus Majestades por ser los padres de la futura reina y ser un ejemplo de monarquía parlamentaria.
¡Viva España , viva la Princesa de Asturias y viva el Rey y la Reina!
