Por el Darro van y vienen estrellas de piedra y plata y de la Alhambra escapan suspiros de bellas almas: cantan al Niño Dios su bendita llegada misterios de siglos cerrados bajo llaves de oro y nácar. De la Sierra Nevada bajan espadachines con adargas que hacen tajos en la pulpa de una abierta granada. Caballos y ébano son un lujo de noche y bruma, lejos se escucha un llanto en el alba de blanca espuma. Que es Navidad murmuran voces ocultas lejanas que es Navidad repican campanas de mil años. Mira la luna, Alhambra, mujer de única estampa y arráncale una vez más suspiros de acero y grana. ¡Ha nacido Dios! se escucha en oblicuas calles. Una fuente le roba en saltos sonidos de clara aldaba y en la casa del labrador todo duerme en la añoranza. Que ha nacido el Niño Dios en cuna de trigo y paja mientras una guitarra gime en cuerdas de albor y ámbar aquellos sublimes trémolos de la naciente esperanza.
Nota: La fotografía pertenece al Belén de la Archidiócesis de Granada.