Cada día pongo en tu boca el elixir de la pasión, que se revuelve en la mía cuando lo pruebo yo. Tengo una estrella en el firmamento que nace cuando la miro, parpadea y también me mira, ¡gracia que tengo yo! Mis sueños siembran en la tierra -tierra seca y árida- pues necesitan agua y sol, yo miro al cielo y el cielo me sonríe, ya tengo el agua y el sol. Siento latidos en tu pecho, latidos de mi corazón que laten gozosos, unidos por la sed de tu amor.